El papa Francisco sostuvo hoy que «debemos tener una particular atención hacia los forasteros, como también hacia las viudas, los huérfanos y todos los descartados de nuestros días».
Sus palabras tuvieron lugar tras la procesión en la Plaza San Pedro donde presidió la misa por la 105ta Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.
«No se trata solo de los extranjeros, sino de todos los habitantes de las periferias existenciales que junto a los migrantes y a los refugiados son víctimas de la cultura del descarte; dijo ante una plaza repleta de inmigrantes de todas las nacionalidades.
«El señor nos pide poner en práctica la caridad hacia ellos y restaurar su humanidad, junto a la nuestra, sin excluir a nadie, sin dejar afuera a nadie», subrayó.
El papa Francisco recordó que, además de ejercer la caridad, «el Señor nos pide reflexionar sobre las injusticias que generan exclusión, especialmente sobre los privilegios de unos pocos que, los mantienen a expensas de muchos otros».
En la actualidad presenciamos los niveles de desplazamiento más altos jamás registrados.
Según la ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, 70,8 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a huir de sus hogares. Esta es una cifra sin precedentes en la historia humana,
El organismo internacional indica que entre ellas hay casi 25,9 millones de personas refugiadas, más de la mitad menores de 18 años.
La información oficial de la dependencia de la ONU explica que hay millones de personas apátridas a quienes se les ha negado una nacionalidad y acceso a derechos básicos como educación, salud, empleo y libertad de movimiento.
Venezuela tiene más de 4 millones de ciudadanos disgregados por el mundo, huyendo de la crisis económica y social más severa registrada en la historia de la región.