Como si hubiese poco de lo que preocuparse con la pandemia del coronavirus, entre otros graves problemas, la guerra política entre Donald Trump y Nicolás Maduro los ha llevado a poner precio por las cabezas de ambos mandatarios.
Por una parte, los Estados Unidos, con acusaciones de narcotráfico busca forzar la salida del poder de Maduro, al que califica como gobernante «ilegítimo» y «dictador» y al que ahora considera también como líder de un cartel de drogas en colaboración con la exguerrilla colombiana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Han establecido una recompensa de 15 millones de dólares por su captura. La medida incluye también a Diosdado Cabello, Hugo Carvajal y Cliver Alcalá, cuyas cabezas valen hasta 10 millones de dólares cada una.
Por otra parte Irán ha ofrecido una recompensa de $80 millones de dólares por Donald Trump y amenazó con atacar a la Casa Blanca, según reportes de varios medios internacionales.
Un organizador de la procesión fúnebre para el general Qassem Soleimani pidió a todos los iraníes que donen $1 dólar cada uno para alcanzar esa cifra, según reportes de NBC News, el organizador hizo los comentarios durante una procesión fúnebre en Mashad.
El diputado iraní Abolfazl Abutorabi amenazó con lanzar un ataque en suelo estadounidense, particularmente a la Casa Blanca.
Ahora, en medio de una crisis mundial, se establece una nueva cortina de humo que oculta aquello que realmente importa. Nadie va a atrapar a nadie. Nadie va a entregar a nadie.
Estos rugidos de poder, son un insulto a la inteligencia y más aun, al valor de la vida de los seres humanos en medio de la pandemia.
Los juegos de poder de Trump y Maduro son en este punto, inútiles y una pérdida de tiempo y recursos que deberían ser empleados en más importantes áreas.
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