A 207 años de la Firma del acta de Independencia, Venezuela continúa transformándose, somos un país que ha demostrado resiliencia, fortaleza y por sobre todo, somos cuna de gente que ha demostrado grandeza, más allá de lo que se pueda medir o ver.
Los venezolanos somos fruto de una amalgama cultural única, nuestra mejor arma es que le «echamos pierna a todo», con una sonrisa o un chiste a flor de labios.
Desde ese día 5 de julio de 1811, hemos estado en buenas y malas, pero siempre hemos salido adelante, las sabias abuelas están llenas de dichos: «al mal tiempo, buena cara», «al mal paso, darle prisa», «a como vaya viniendo, vamos viendo», quizá esta sea la raíz de la historia no registrada de venezuela, esa que conocemos por retazo en nuestras historias familiares, pero que integran la identidad que nos caracteriza.
Por donde pasa un venezolano, lejos de nuestra tierra, se hace notar. Lo hizo Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Andrés Eloy Blanco, Humberto Fernandez Morán, Gustavo Dudamel, Simón Díaz, Juan Arango, Andrés Galarraga, Carolina Herrera, Teresa Carreño, Johan Santana, Andrea Dopico, Luís Aparicio (el grande), Oscar Olivares, sólo por nombrar algunos.
Hoy celebramos ese día, en el que nuestros ancestros eligieron la autodeterminación y nos heredaron nuestra identidad, marcaron nuestra idiosincrasia y nos regalaron un hogar común llamado Venezuela.
Seguiremos siendo quienes somos, hoy que cada vez tenemos más hermanos fuera, extendemos nuestras fronteras y traemos a nuestro ser nacional aquello que nos fortalece y nos afianza como hijos de la tierra en la que todo es posible, pese a las circunstancias o mejor, con todo y ellas.