Los agricultores venezolanos enfrentan una crisis creciente, ya que se ven obligados a desperdiciar cultivos por falta de combustible.
Venezuela ha enfrentado a la escasez de gasolina y gasoil durante años, situación que solo ha empeorado en los últimos meses.
En un caso reciente, un productor del municipio Carache del estado de Trujillo se vio obligado a arrojar sus cultivos de tomate al río porque no pudo encontrar combustible para transportarlos al mercado. En otro caso, un productor del municipio La Grita del estado Táchira se vio obligado a dejar que su cosecha de cambures se pudriera en los campos al no poder encontrar combustible para regar los cultivos.
La escasez de combustible ha generado un impacto devastador en el sector agrícola venezolano. Los agricultores están perdiendo el producto de su trabajo y el dinero que invirtieron, generando una creciente escasez de alimentos, así como el encarecimiento de los mismos.
De víctimas a victimarios
El fiscal general, Tarek William Saab, ha condenado el desperdicio de alimentos, calificándole de «crimen». También ha anunciado que el Ministerio Público investiga los casos de agricultores que se han visto obligados a desperdiciar sus cosechas.
Como parte del Estado y una de las cabezas visibles del Gobierno bolivariano, usa esta posición para atacar a estos trabajadores en estado de vulnerabilidad. Es válido preguntar, ¿De qué manera va a asegurar el gobierno la seguridad alimentaria?. No parece que exista un plan que de apoyo a los agricultores a distribuir su producción.
La escasez de combustible es el resultado de la disminución de la producción de petróleo del país. Venezuela fue una vez un importante exportador de petróleo, pero su industria petrolera se ha visto paralizada por la corrupción y la mala gestión. La escasez de combustible también se ve exacerbada por las sanciones de Estados Unidos al gobierno venezolano.
Es probable que la escasez de combustible continúe en el futuro previsible. Esto significa que los agricultores venezolanos seguirán enfrentando la difícil decisión de desperdiciar sus cosechas o tratar de encontrar la forma de transportarlas al mercado.
El desperdicio de alimentos es un problema grave y está teniendo un impacto devastador en el pueblo venezolano. El gobierno debe tomar medidas urgentes para abordar la escasez de combustible y garantizar que los agricultores puedan llevar sus cultivos al mercado.