Las autoridades del gobierno bolivariano detuvieron a Oswaldo Vargas, presidente de PDV Marina, por estar vinculado a una «red de corrupción» que se encargaba del desvio de combustible así como a los tripulantes del buque tanquero venezolano «Negra Hipólita».
Néstor Reverol, ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, lo informó tras precisar que la detención se produjo este viernes y forma parte de las investigaciones «para develar información sensible» de la estatal petrolera PDVSA.
«El pasado día jueves 5 de marzo, el buque Negra Hipólita, propiedad de Pdvsa con destino a Catia la Mar, con voltaje de 126 mil barriles de combustible fue desviado para cometer actos ilícitos de tráfico de combustible», dijo.
Explicó que al partir del estado Falcón apagaron los sistemas de radares y GPS, y llegaron hasta los límites marítimos con las Antillas Holandesas «para cometer actos de tráfico de combustible y trasegar de manera irresponsable combustible que transportaba a otras embarcaciones» «El combustible era trasegado a un tanquero de bandera colombiana», agregó.
Destacó que miembros de la Armada interceptaron el buque, lo llevaron hasta Puerto Cabello, donde mantienen detenidos a los 30 tripulantes de la embarcación para las investigaciones.
Además, informó que en por estos hechos también detuvieron al asistente de Vargas, y 6 personas más y advirtió que «se están haciendo todas las investigaciones caiga, quien caiga».
«Esto no es solo un acto de desvío de combustible, es un acto de traición a la patria, porque el pueblo está haciendo colas en las estaciones de servicio por el combustible, tras el asedio del imperio estadounidense», aseveró.
El ministro también informó sobre la detención del coronel retirado de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Oscar Rafael Aponte Landaeta, expresidente de la empresa filial Aceites y Solventes Venezolanos, S.A, compañía aliada al Gobierno de Nicolás Maduro. «Se dedicaba a desviar hacia otros estados del país, material estratégico como lubricantes y grasas para extraerlos en contrabando al extranjero, dijo.
Detalló que la captura fue ejecutada por las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana en el estado Barinas (oeste).
Además, confirmó la detención de Aryenis Torrealba y Alfredo Chirinos, ambos funcionarios de Pdvsa. Precisó que Torrealba ocupó funciones en la División de Comercio y en la junta directiva de la unidad de refinación de Pdvsa en Europa Nynas AB, mientras que Chirinos fue gerente de Crudo de Pdvsa.
«Estas personas están siendo acusadas por develar información sobre las estrategias comerciales y logísticas implementadas para superar las sanciones unilaterales por el imperio estadounidense», expresó.
Según el ministro Torrealba y Chirinos entregaron documentos con «información estratégica» a la administración de Donald Trump.
«El gobierno de Estados Unidos los tenía registrados como personas de alto valor, de alto perfil que colaboraban con valiosa información del gobierno venezolano», puntualizó.
Indicó que las investigaciones continúan junto con el Ministerio Público, y advirtió que «no se descartan allanamientos para ir a fondo contra estas mafias de delincuencia organizada»
Estros arrestos tienen toda la apariencia de mostrar «resultados» en una lucha anticorrupción más mediática que efectiva.
Hay tanto material expuesto a la opinión pública que pone en mala luz a altos representantes del gobierno bolivariano que es necesario crear «nuevos frentes» que permitan desviar atención hacia otros tópicos.
Con la lucha por establecer la legitimidad en un país que tiene tres asambleas, dos tribunales supremos de justicia y dos presidentes y en el cual nadie parece necesitar una respuesta directa a la pregunta de cuál de todas estas figuras es la legalmente correcta.
Entre verdades y falsas acusaciones, el país sigue su errático camino en medio de una crisis política económica y social que ha ensombrecido la vida de todos los venezolanos, hundiéndolos en la pobreza y generando un desplazamiento de al rededor de 5 millones de ciudadanos, que han tenido que emigrar huyendo de paupérrimas condiciones de vida, sólo comparables a las de la guerra.
Para escudar hechos de corrupción hemos expuesto casos como el del empresario Eudomario Carruyo, alto funcionario de PDVSA, retirado del servicio a la nación tras más de 40 años de trabajo a quien han convertido en un chivo expiatorio, para que otros casos y personalidades nombres queden ocultos ante la opinión pública, entorpeciendo así los procesos judiciales en contra de aquellos que han desfalcado al país y tienen la protección del gobierno bolivariano.
Lamentablemente Carruyo paga el precio de haberse relacionado con el otrora nuevo liderazgo bolivariano, que demostró ser una peor versión de aquellos a los que tanto criticaron y lucharon por sacar del poder.