El asesinato del líder de la comunidad originaria Uwottuja, Virgilio Trujillo Arana, enluta a su pueblo, mientras el caos reina en el Amazonas venezolano.
Virgilio Trujillo Arana sabía que estaba arriesgando su vida al defender las tierras amazónicas en las que su comunidad indígena Uwottuja había vivido durante siglos.
«Pase lo que pase, pasa», dijo, en un video grabado antes de su muerte. «[Pero] sin tierra, desaparecemos. Por eso defendemos nuestros territorios».
Trujillo, de 38 años, se desempeñó como coordinador de la Guardia Territorial Indígena en el municipio Autana, en el estado de Amazonas, en el sur de Venezuela. También fue el fundador de Ayose Huyunami, una unidad que defiende las tierras indígenas de los grupos criminales y la minería ilegal.
El pasado jueves, fue asesinado a tiros en la ciudad de Puerto Ayacucho por un hombre armado que abrió fuego a plena luz del día.
Su asesinato ha dejado a su familia y a la comunidad de Uwottuja temerosa y enfurecida. Muchos de los que lo conocieron pidieron no ser nombrados por preocupación por su propia seguridad.
«Es la primera vez que sufro una pérdida tan grande … [Trujillo] -que descanse en paz- fue quien dio el primer paso para defender nuestro hogar», dijo un familiar.
El asesinato de Trujillo ha sido percibido por los defensores de los derechos humanos como un ataque no solo contra un individuo, sino contra toda una comunidad y sus esfuerzos por proteger una forma de vida.
La noche de su asesinato, otros miembros de la guardia indígena recibieron amenazas de muerte, y un miembro dijo que el asesinato había tenido un impacto catastrófico en la moral.
«En este momento, estoy devastado y me siento incapaz de luchar», dijo el guardia. «Hemos visto el precio de esta pelea, y es muy doloroso. El tiempo puede estar agotándose para nosotros. Como defensores de primera línea, todos estamos siendo amenazados».
Pero la misión de Trujillo y los guardias indígenas parece más importante que nunca.

En 2016, Nicolás Maduro, designó un área más grande que Portugal como zona de desarrollo estratégico para la explotación de oro y otros minerales preciosos.
El estado de Amazonas no es parte de esta área, conocida como el Arco Minero del Orinoco, y la minería ha estado prohibida allí desde 1989. Pero la prohibición no ha impedido que las bandas mafiosas y los grupos rebeldes colombianos caven oro en la selva, trayendo consigo violencia, crimen y destrucción ambiental.
La muerte de Trujillo se produjo en medio de una ola de amenazas y violencia contra los defensores de la selva tropical en toda la Amazonía. El mes pasado, el experto indígena brasileño Bruno Pereira y el periodista británico Dom Phillips fueron asesinados en la Amazonía brasileña y activistas han enfrentado intimidación y violencia en Ecuador, Perú y Colombia.