Bachelet manifestó ante los miembros del Consejo de Derechos Humanos su preocupación por la crisis venezolana.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo hoy estar «sumamente preocupada por la magnitud y la gravedad» de la crisis en esa materia en Venezuela, y alertó del «inquietante factor de desestabilización regional».
Bachelet destacó la presencia de un equipo técnico de su Oficina en la nación sudamericana y la importancia de que «tenga acceso total e irrestricto», y que no existan «represalias contra ninguna persona» entrevistada o que busque hacerlo.
«La polarización está agravando una situación ya de por sí crítica», dijo la Alta Comisionada, por lo cual urgió a que «se alcance un acuerdo sobre una solución política para todos los interesados, con medidas para mejorar una amplia gama de problemas urgentes de derechos humanos», dijo.
En su discurso destacó que las «autoridades se han negado a reconocer las dimensiones y la gravedad de la crisis» en cuanto a la atención médica, alimentación y servicios básicos, lo que hizo que las medidas sean «insuficientes».
Una consecuencia de la «vasta crisis humanitaria» es que «más de 3 millones de personas han huido de Venezuela, en busca de comida, atención médica, empleo y protección», dijo.
Ante ese fenómeno, afirmó que «los países de la región se han visto confrontados a la llegada masiva de personas que a menudo presentan necesidades humanitarias urgentes y cuyos derechos humanos requieren protección».
«Aplaudo los esfuerzos» realizados en «los países receptores para abordar las necesidades de los refugiados y migrantes venezolanos y les aliento a que continúen el combate contra la xenofobia y la discriminación, y mantengan el acceso a su territorio», resaltó.