Durante cientos de años, se ha conocido la afirmación “Todos los caminos conducen a Roma”, para saber si es cierto, un grupo de investigadores alemanes han desentramado el impresionante laberinto de caminos europeos y han descubierto que para Europa es obvio.
El proyecto “Roads to Rome” Caminos a Roma, ha sido desarrollado por Moovel Lab con sede en Stuttgart, Alemania y han examinado las rutas terrestres de toda Europa para comprobar el célebre proverbio, que asevera que todos los caminos conducen a la ciudad inmortal.
Los estudiosos partieron de la premisa existente y analizaron 486.713 puntos de partida alrededor de todo el antiguo continente y desde cada uno procuraban hacer camino a Roma, tras trazar una cuadricula que englobaba a todo el territorio europeo trazaron una red de vías de unos 26.503.452 km².
Entre los descubrimientos con lo que se toparon, encontraron unas 500 rutas que llevan a la ciudad italiana de manera continua y sólo hay que tomarlos y terminaras en la capital lusitana, en la búsqueda de la verdad, desarrollaron un algoritmo, que eligió las rutas más directas desde 486.713 puntos de partida hasta la capital de Italia.
Roma era el centro del Mundo
La milenaria afirmación «todos los caminos conducen a Roma» se refiere a un monumento situado en la capital romana construido en 20 años antes de Cristo denominado “Miliarum Aureum” o Miliario de Oro, el hito fue construido por orden del emperador Octavio Augusto y fue utilizado para determinar el punto de partida hacia cualquier parte del imperio y sus alrededores, lo que para entonces era considerado el mundo entero.
GraphHopper, el software desarrollado para realizar los cálculos, se tomo unas 20 horas de análisis de datos y 5 más en la resolución haciendo cálculos de posibles rutas desde todos los puntos de Europa hasta Roma.
Lo que descubrió finalmente es que la mayoría de las rutas romanas, son utilizadas al presente y muchas de las carreteras y caminos que se usan en la actualidad están trazadas sobre antiguos caminos romanos, por ello se puede afirmar que al menos en el viejo continente, “Todos los Caminos conducen a Roma”.