El lujoso Hotel Humboldt, símbolo de la Venezuela adinerada y la época de Marcos Pérez Jiménez tiene sus puertas abiertas, pero a precios inaccesibles para los venezolanos.
El hotel fue restaurado y reinaugurado el pasado 4 de mayo por el presidente Nicolás Maduro, su administración fue asignada a la cadena hotelera internacional Marriott.
En el acto inaugural, la ministra de turismo Marleny Contreras, dijo: «estamos haciendo el esfuerzo y todo lo posible para ser el motor económico número uno del país”.
En total consonancia con el planteamiento de la generación de divisas para el país mediante el turismo, la carta de servicios del hotel se expresa en dólares, a precios que están muy lejos del alcance del venezolano promedio.
Recientemente circularon imágenes del menú ofrecido para la fiesta de Halloween, con precios para las botanas que oscilan entre 6 y 10 dólares. También ofrecen el servicio de licores que oscila entre 35 y 120 dólares.
La reacción adversa por parte de la opinión pública fue instantánea, ya que con sólo con 10 dólares a precio del mercado paralelo, se supera lo devengado por un venezolano que gane el sueldo mínimo, que dicho sea de paso no solventa las necesidades básicas alimentarias.
Suena a esas lejanas historias de los cubanos que parecían leyendas, en las que contaban que los turistas podían entrar a lugares a los que los locales no tenían acceso.
Bastante claro está que el discurso inclusivo del gobierno bolivariano no llegó a la cumbre del ávila.