En la frontera colombiana se preparan para la reforma económica venezolana, la economía informal que gira alrededor de los beneficios del cambio entre las monedas y condiciones entre los dos países, se verá afectada.
Es tradicional ver en Colombia que muchos negocian con los productos venezolanos que son subsidiados por el gobierno nacional.
Productos alimenticios, gasolina y otros rubros son comercializados en el vecino país y son adquiridos a través del contrabando ilegal, lo cual ha mellado el poder adquisitivo del venezolano.
A través de las rede sociales y de manera informal conocemos que ya algunas casas de cambio muestran piezas del nuevo cono monetario.
No tenemos confirmación si ese dinero llegó por vías legales o se trata de billetes falsos. Lo alarmante de esta situación es que ya tenemos experiencia previa al respecto.
Después de la indexación realizada en 2008, en los estados limítrofes circularon primero billetes falsos, antes que los verdaderos.
Con esta celeridad, se aprovechaban del desconocimiento para embaucar a la gente de buena fe. Era un secreto a voces que un billete de cien bolívares se vendía por cincuenta. Todas las denominaciones tenían sus falsificaciones.
Otro dato que supimos mediante comunicaciones informales, es que ya en el vecino país están comprando los carnet de la patria, para aprovechar el subsidio a la gasolina que el gobierno nacional ha garantizado mediante este instrumento de identificación.
Pese a que aún no se ha dado a conocer como será el proceso de la venta y los mecanismos de control, aquellos que tradicionalmente han hecho una forma de vida de la venta de la gasolina, buscan la forma de continuar con sus actividades y no perder los dividendos que ellas les proveen.
Ante este periodo de transición, es necesario buscar la información oficial y estar atentos a aquellos planteamientos que sean de dudosa procedencia.