El secretario de Estado de Estados Unidos en una llamada telefónica con el líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, dijo que el gobierno de Biden apoya la presión continua sobre el presidente Nicolás Maduro, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en un comunicado de prensa.
Si bien Caracas expresó la esperanza de que las relaciones se normalizarían bajo la recién inaugurada administración de Biden, Blinken dijo durante las audiencias de confirmación del Senado a fines de enero que Estados Unidos no debería cambiar su posición con respecto a Guaidó como el «líder interino de Venezuela».
«El secretario Blinken describió nuestros esfuerzos para trabajar con aliados de ideas afines, incluida la Unión Europea, el Grupo de Lima, la Organización de los Estados Americanos y el Grupo de Contacto Internacional, para aumentar la presión multilateral y presionar por una transición democrática y pacífica», dijo Price en el lanzamiento el martes.
Biden y Guaidó también discutieron la crisis humanitaria en Venezuela, dijo Price.
Washington ha criticado repetidamente al presidente Nicolás Maduro por «oprimir» al pueblo venezolano. La anterior administración de Donald Trump introdujo numerosas sanciones contra la nación latinoamericana, dirigidas a su industria petrolera y a funcionarios cercanos al líder venezolano.
Maduro ha pedido al nuevo gobierno de Estados Unidos que deje de demonizar al país y que construya una nueva relación basada en el respeto a la soberanía.
La nación latinoamericana ha estado en una agitación política desde enero de 2019, cuando el entonces legislador opositor Guaidó se proclamó presidente interino de Venezuela y pidió a los ciudadanos que lo ayudaran a tomar el poder. Guaidó recibió de inmediato el apoyo de Estados Unidos y sus aliados en América Latina, incluida la vecina Colombia.
Varios otros países, incluidos Rusia, Turquía y China, han dicho que solo reconocen a Maduro como el líder legítimo de Venezuela.
El propio Maduro caracterizó la situación en el país como un intento de golpe, acusando a Washington de intentar robar los ricos recursos naturales del país.