La celebración del Día del trabajador, cada primero de mayo es un momento para resaltar los logros y reivindicaciones que a lo largo de la historia han constituido la evolución de diferentes grupos humanos en diferentes partes del mundo.
Es un día festivo para la mayoría de los países del mundo, a excepción de Canadá y Estados Unidos.
Fue establecido en el año 1889 luego de una intensa lucha iniciada en mayo de 1886, cuando se registraron las primeras protestas del movimiento con una huelga de más de doscientos mil trabajadores en Estados Unidos.
En esa ocasión, registrada para la historia como “La Revuelta de Haymarket”, un hecho acontecido en Chicago donde adicionalmente a muertos y heridos, hubo despidos masivos, aprensiones y torturas contra aquellos que reclamaban sus legítimos derechos.
Cinco de los líderes de este movimiento fueron condenados a muerte, mientras otros tres recibieron sentencias de prisión: dos de ellos cadena perpetua y otro 15 a años de trabajos forzados.
Día del trabajador, una herencia inmensurable
Su herencia es el nacimiento del movimiento obrero y el establecimiento de la importancia del respeto de las condiciones y derechos laborales de los trabajadores.
Uno de los logros más significativos y lucha prioritaria del movimiento obrero fue el establecer jornadas de ocho horas laborales, seguidas de ocho horas de descanso, las cuales hoy día prácticamente se dan por sentadas en cualquier empleo.
También marca el nacimiento de los sindicatos, generando un punto de quiebre en la historia laboral del mundo.
El recuerdo de estos hechos, un siglo más tarde continúa siendo la base quienes buscan la equidad y la justicia en las relaciones laborales.
Por eso, en muchas partes del mundo aún este día está orientado a realizar distintas actividades relacionadas al origen del movimiento obrero, mientras que, en otros, como nuestro país, es un día destinado para el descanso, al ser decretado día no laborable.