Cada 12 de marzo, Venezuela celebra el Día de la Bandera, una jornada que conmemora la adopción del tricolor nacional como emblema oficial en 1813. Sin embargo, más allá de su valor histórico, este símbolo patrio ha adquirido significados disímiles en un país profundamente polarizado.

El oficialismo: Un estandarte de nacionalismo y bolivarianismo
Para el gobierno y sus seguidores, la bandera representa el nacionalismo y el bolivarianismo. Se enarbola con fervor en actos oficiales, eventos políticos y manifestaciones a favor del régimen. La imagen del tricolor se asocia con la ideología oficial, presentándose como un símbolo de unidad y progreso bajo el legado de Simón Bolívar.

El éxodo venezolano: Un anhelo de patria desde el exilio
Para los millones de venezolanos que han emigrado en busca de mejores oportunidades, la bandera representa una patria perdida y añorada. En el exilio, el tricolor se convierte en un símbolo de nostalgia, un recordatorio de sus raíces y un anhelo por un futuro mejor en su tierra natal.

Un símbolo que refleja la fractura social
La dualidad de significados que envuelve a la bandera venezolana refleja la profunda fractura social que vive el país. Mientras el oficialismo la utiliza como herramienta de propaganda, la oposición la reivindica como un símbolo de resistencia y lucha por la democracia.

Impacto en la identidad nacional
Esta dicotomía de interpretaciones tiene un impacto significativo en la identidad nacional. La bandera, otrora un símbolo de unidad y orgullo, se ha convertido en un elemento de división, utilizado por ambos bandos para reforzar sus narrativas.