A pesar de convertirse en uno de los sustentos principales de los venezolanos, el valor de las remesas es cada vez menor debido a la hiperinflación que sufre el país. Esto afecta tanto a los que dependen del dinero que envían sus familiares migrantes, como a aquellos venezolanos residenciados en el extranjero.
Al hablar de menor valor nos referimos, a la cantidad de productos y servicios que se pueden adquirir por un monto determinado en dólares. En los últimos años el avance de la hiperinflación generó que, aún con las remesas, muchas familias tengan dificultades para satisfacer sus necesidades.
Un estudio de Creative Associates en Washington señaló que cerca de tres millones de hogares venezolanos dependen de las remesas en 2021; lo que se traduce en un 35% de las familias, en contraste con el porcentaje del 5% registrado en 2016.
El dinero no rinde igual
María Rodríguez, venezolana en EE.UU, comentó a la VOA cuál ha sido el impacto de la hiperinflación en el envío de remesas a su familia. Según su testimonio, «el dinero no les rinde igual. Antes les alcanzaba para más cosas, ahora tienen que comprar menos cosas o utilizarlo en cosas mucho más necesarias».
Desde hace tres años María reside en los Estados Unidos y envía dinero a Venezuela, con el que se sustentan sus tres hijos y su madre. Si bien hasta hace un par de años con 100 dólares era suficiente para cubrir las necesidades básicas de una familia, la dolarización del país y el avance de la inflación subieron mucho el listón.
Tomando cifras de expertos, el envió de remesas en los últimos años se incrementó hasta los 4.000 millones de dólares anuales. Esta enorme cantidad representa entre 5 y 10% del producto interno bruto del país, y cada año que pasa se incrementa este porcentaje.
Manuel Orozco, director del Centro para la Migración en Creative Associate y analista senior de Diálogo Interamericano, comentó sobre este tema al mismo medio. Según el especialista, el promedio de los envíos desde Estados Unidos oscila entre 700 y los 3.000 dólares anuales; cifra sujeta tanto a las condiciones migratorias de los venezolanos como a las condiciones de su país de residencia.
Adicionalmente, Orozco aseguró que no descarta que se mejoren las redes de envío de remesas en Venezuela. Esto supondría que empresas, privadas o estatales, ofrezcan servicios oficiales de transferencia de dólares o euros, para facilitar el acceso de los ciudadanos a este beneficio. Sin embargo, recalcó que aunque ayudaría, esto no puede considerarse una solución a la crisis.