Al recorrer las calles de Venezuela se percibe la decadencia y la destrucción del país, que otrora fue uno de los más pujantes de américa latina.
Hay Venezuela dicotómica, una en la que los contrastes cada vez son más grandes y en la que no hay términos medios.
Las clases socioeconómicas quedaron reducidas a dos: Los que tienen y puedes y los que no.
Esta es una realidad que el gobierno bolivariano ha querido tapar con un dedo, mediante la (inefectiva) aplicación de políticas sociales de populismo puro.
Estas políticas son conocidas por todos como las misiones, que quizá iniciaron como buenas ideas, pero que en la práctica son solo el caldo de cultivo perfecto para redes de corrupción tan perfectamente elaboradas.
Estas redes podrían analizarse desde el punto de vista del aseguramiento de la calidad y tendrían muy poco que mejorar, desde el punto de vista de estructura gerencial, sus estructuras tienen una excelente sinergia.

La Venezuela dicotómica en hechos:
Uno de los aspectos más resaltantes de la crisis es el acceso a la alimentación, salud, educación , entre otras necesidades básicas.
En cuanto a la salud, actualmente el sistema de salud pública está colapsado, hay más demanda del servicio de lo que se puede satisfacer, a esto hay que adicionarle la escasez o inexistencia de insumos médicos.
Esto significa que Si alguna persona requiere atención médica, necesitará proveer al servicio con los insumos necesarios, desde inyectadoras, suturas, alcohol, guantes, agua potable, hasta los medicamentos más específicos.
En el caso de una cirugía, se debe proveer desde los líquidos para desinfectar el pabellón, hasta las máscaras guantes y batas para los médicos. Adicionalmente todo el kilt de suturas, anestesia y en muchos casos el instrumental necesario.
Con respecto a la alimentación, está la calamitosa realidad de que el salario no basta para cubrir un día de alimentación, toda vez que el sueldo básico está establecido en 40 mil bs soberanos, que al cambio del 18 de agosto de 2019, equivale a 2,76 dólares.
Según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), se requieren 41 salarios mínimos, es decir, 1.640.000 Bs. para cubrir el consumo alimenticio de una familia de 4 personas.
Sin embargo, en esta Venezuela dicotómica, quien tiene ingresos en dólares o accede a remesas, puede comer adecuadamente, a diferencia de aquellos que sólo dependen de el ingreso básico.
Esta situación se emula en el acceso a la educación, que si bien en una gran medida es pública, una persona mal alimentada y sin ingresos suficiente, duramente podrá acceder al transporte público o a sufragar los gastos que requiere la carrera, como compra de libros, pagos de fotocopias, acceso a internet entre muchos otros recursos necesarios.
Esta situación, es uno de los aspectos que impulsa la diáspora venezolana, son millones los venezolanos que han tenido que desplazarse de un país devastado, que parece una réplica de la Europa de la posguerra, con la única diferencia de que no ha sido bombardeada.