Las escuelas venezolanas están casi vacías.

La situación económica y sus muchas ramificaciones sociales atentan contra la educación venezolana.

Casi vacías están las aulas de las escuelas venezolanas, un reflejo de la profunda debacle económica y social que atraviesa el país.

La educación venezolana siempre ha mostrado un alto nivel confrontada con otros países, la prueba está en que cada vez que un alumno venezolano pasa a estudiar en otro país, generalmente solo necesita ponerse al día en los contenidos de materias locales.

Hoy en día, el hecho de que un niño acuda a la escuela es todo un logro, muchos de ellos no acceden a una alimentación adecuada, enfrentan problemas de transporte para llegar a sus centros educativos, ya sea por falta de acceso al efectivo para pagar el transporte publico o por no poder afrontar el costo que implica el pago del servicio.



Es lamentable ver el estado de muchas instituciones, con sus infraestructuras deterioradas y los salones casi vacíos, a esto le podemos sumar el impacto de la diáspora migratoria que ocurre en el país, gran número de familias se han llevado sus hijos en búsqueda de otros horizontes.

Por otra parte, los maestros enfrentan el mismo problema, sus sueldos no les permiten cubrir sus necesidades básicas, también abatidos por la falta de transporte y los altos costos del traslado a sus lugares de trabajo.

Escuelas casi vacías deben unir secciones para poder trabajar

El ausentismo escolar amenaza el futuro de los niños.

En una nota publicada por el portal web El Nacional, la diputada Ana Mercedes Aponte dijo que en algunas escuelas se ha tenido fusionar aulas, “Hasta dos maestros dieron clases en una sola porque no había alumnos suficientes; en otros casos fusionan más secciones porque no hay docentes”, explica.



La diputada aponte habla específicamente de la situación de los maestros del estado Vargas, describiendo que muchos maestros acuden a las escuelas con zapatos y ropa rota.

Respecto a los ingresos recién ajustados a los docentes dijo: “No crea el ministro Jaua que con ese aumento reciente estamos felices. Un docente VI con 50 millones de bolívares mensuales no es mucho lo que puede comprar con esta hiperinflación. Los de menor escalafón y los que no han sido homologados por la Gobernación de Vargas, imagínese en qué condiciones van a laborar”.

Aunque las estadísticas respecto a este tema no están a la mano, solo basta con recorrer las instituciones educativas, tanto públicas como privadas para constatar la cantidad de pupitres vacíos y la cantidad de maestros asistentes.

A través de
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Fuente
El Nacional

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