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Lorent Saleh habla de su presidio y las torturas sufridas

Cuenta el profundo impacto personal que sus cuatro años en cautiverio le proporcionaron

Tras su liberación y posterior recibimiento en España, Lorent Saleh habla de su presidio y las torturas sufridas durante cuatro años de presidio.

Saleh, ofreció una entrevista al diario español El Mundo, en la que narra parte de sus vivencias en la detención sufrida en la prisión conocida como la tumba y en el El Helicoide.

El joven dirigente cuenta al periodista sobre el centro de reclusión: «La Tumba es un centro de tortura. Está ubicado cinco pisos bajo tierra, en un edificio del centro de Caracas llamado Plaza Venezuela, sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional. Es un laboratorio creado para la aplicación de un tipo muy particular de torturas. Un lugar sofisticado, moderno».

Compara La tumba con el Helicoide, «El Helicoide es lo criollo, el garrote, la costilla rota, el bate. Es la secuela de la decadencia de lo que una vez fue la cuarta República venezolana. El edificio es viejo y su interior es sórdido, sí. Plaza Venezuela es distinto. La institución es la misma, pero la estética y los métodos son diferentes. La Tumba es la tecnología y la tortura psicológica. Todo brilla. Todo es limpio y blanco. El silencio es absoluto; la soledad es completa. Parece un manicomio futurista. El Helicoide es el hacinamiento, el mal olor, las cucarachas y las ratas. La Tumba son los espejos, las cámaras, las paredes blancas. Se huele perfectamente el tufo extranjero»

Habla de su extradición indicando que el presidente colombiano Juan Manuel Santos lo entregó sin la existencia del debido proceso legal: » No fue una extradición ni una deportación. Nunca hubo orden de captura de un tribunal venezolano ni una solicitud de Interpol. Nunca me presentaron ante un tribunal en Colombia. Nunca compareció un fiscal. No me permitieron defenderme. Santos me secuestró y me entregó a sabiendas de lo que me pasaría».

Contó sobre sus intentos de suicido, quiso utilizarlos como un arma para hacer pública su situación, dejando al desnudo al régimen.  Dijo a su entrevistador: » A los dictadores hay que desafiarlos. Para que sepan que no son dioses. Que también pueden sangrar y llorar y sufrir. Y que sus abusos tienen un coste, no sólo para los demás. Ésa es la verdadera resistencia: el desafío».

«Yo estoy dispuesto a matarme. Y si me mato ustedes van a ir presos. Y a sus jefes les dará igual. Los sacrificarán como insectos». No era un: «¡Oh, ah, quiero morirme!». Al contrario. Era mi último recurso. Como una huelga de hambre, pero más fuerte. Porque ellos debían saber que iba en serio. Mis intentos de suicidio fueron una forma de desafío a la dictadura», explica.

Lorent Saleh narró algunas de sus vivencias durante su vida en prisión como preso político

De su encierro y privaciones indica que aprendió «El poder de la contemplación», el valor de las cosas que se dan por sentadas, «. Pero para mí esto es lo fundamental. ¿Cuánto vale el color verde? ¿Y el azul? Yo estuve en un sarcófago blanco, como un ciego, meses y meses. ¿Y cuánto vale la conciencia del tiempo? No es que yo no supiera si era de día o de noche. Es que no sabía si había dormido una hora o diez. ¿Y qué valor tiene un espejo? Cuando no te ves la cara durante mucho tiempo te olvidas de cómo eres».

«Fui sometido a una técnica de aislamiento celular. Su objetivo es anular, uno a uno, todos los sentidos del preso, hasta que ya no sabe si está vivo o muerto», explica.

Concluyó indicando que la oposición no es la que debe exigir la rendición del gobierno venezolano. “Deben hacerlo España y las demás democracias del mundo. Son ustedes los que deben decir: ‘Hasta aquí. Ya no más. Basta”.

A través de
Venezuelacomenta.com
Fuente
El Mundo

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