Para caer en la mira de la justicia internacional basta pertenecer al selecto grupo de los amigos de Nicolás Maduro.
Recientemente se hizo noticia el arresto de Alex Saab, señalado como un testaferro de Nicolás Maduro y presunto cómplice de una red de corrupción asociadas al programa CLAP.
El empresario de origen colombiano fue arrestado en el archipiélago del Océano Atlántico cuando su avión registrado en San Marino hizo una parada de reabastecimiento de combustible en un vuelo a Teherán.
De inmediato el gobierno bolivariano protestó contra el arresto, diciendo que Saab viajaba con un pasaporte venezolano y estaba en una «misión humanitaria» para comprar alimentos y suministros médicos.
En un comunicado emitido el sábado por la noche, el gobierno dijo que no se emitió un aviso de arresto de Interpol para Saab hasta un día después de su detención, violando las normas internacionales y haciendo caso omiso de la inmunidad diplomática que disfruta como «agente de un gobierno soberano».
Siempre es bueno contar con el respaldo de los amigos, ya que el empresario colombiano, luego de ser relacionado con un entramado de lavado de dólares, relacionado al CLAP, fue sancionado por los estados unidos y los miembros del TIAR, poniéndolo en el radar de la guerra contra Maduro.
En el vaivén de las lealtades, lo importante es no perder de vista a quien es el proveedor y protector, eso sí, con apoyo total, ya que de no ser así, la situación sería totalmente opuesta.
Así es el caso de personajes como Rafael Ramírez, un aliado de antaño que al distanciarse del proceso bolivariano, se volvió el objeto de una fuerte persecución por parte de la Fiscalía General asignada por la Asamblea Nacional Constituyente.
Una secuela de este caso, afecta también al empresario Eudomario Carruyo, retirado del servicio a la nación tras más de 40 años de trabajo en la industria petrolera, a quien han convertido en un chivo expiatorio, detrimentando su reputación en el proceso.
Este tipo de casos muestra claramente que al ser expuesto al escarnio, es bueno contar con el respaldo del gobierno bolivariano y su maquinaria, porque si es al contrario, los organismos oficiales serán utilizado en contra de sus detractores. La verdad y la justicia, eso es un caso aparte.
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