Maduro y Trump están bajo la mirada del mundo, por lo que las opiniones y noticias sobre sus personas y gestiones están a las orden del día, en lo que a divulgación se refiere.
El presidente norteamericano, Donald Trump, acusó recientemente al buscador de Google de promover artículos noticiosos negativos y ocultar la cobertura de «medios justos» sobre él.
En este sentido dijo que abordará la situación sin proporcionar pruebas ni dar detalles de qué medidas tomará al respecto.
Este ataque de Trump contra el gigante de la tecnología sigue a una serie de quejas contra las compañías de internet, incluyendo Twitter y Facebook, a las que acusa de manipular la prominencia de los contenidos, silenciando aquello que le beneficia a nivel de imagen.
Por su parte Maduro y los representantes del ejecutivo nacional se enfrentan a una situación similar, con precedentes como el de Diosdado Cabello versus El Nacional, contra el cual pesa una decisión judicial a favor del constituyente.
Recientemente dijo “Debemos tener autoridad sobre las redes sociales de ‘manera democrática’ conjuntamente con la asamblea nacional constituyente (ANC)”.
“Facebook puede tener sus normativas pero nosotros tenemos soberanía”, explicó Maduro en sus declaraciones, señalando también las actividades de usuarios que lo satirizan en Twitter e Instagram.
La ANC, está estudiando la aprobación de la ley contra el odio y la discriminación, y voceros de su seno han recalcado que no puede haber “libertinaje” en las plataformas digitales.
Delcy Rodríguez, vicepresidenta de la República habló sobre esta ley, indicando que en ella se incorporará lo concerniente a «la regulación de la emisión de mensajes de odio e intolerancia (y) fuertes sanciones cuando se esté en presencia de un delito de odio y de intolerancia».
La vicepresidenta dijo que el pueblo venezolano ha sido víctima «de laboratorios de guerra psicológica diseñada en los centros imperiales para llevar a Venezuela a una confrontación fratricida a través del impulso y la promoción del odio» planteando que «el Estado venezolano debe actuar».
Recientemente Jorge Rodríguez fue aproximado por un grupo de venezolanos que lo grabaron en una calle de la Ciudad de México mientras le gritaban «asesino».
Bien lo reseña la sabiduría popular: «el que dice lo que quiere, escucha lo que no quiere». La diferencia está en quien ostenta el poder y la manera en que lo usa.