El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha intensificado su postura frente al gobierno de Nicolás Maduro, afirmando que el mandatario venezolano no ganó las elecciones presidenciales de forma legítima y que no debe ser recompensado con concesiones diplomáticas o económicas. En una entrevista reciente, Rubio insistió en que la única solución viable para la crisis venezolana es una elección “legítima, democrática y observada internacionalmente”.
Rubio declaró que “Maduro jamás puede ganar una elección legítima en Venezuela, y él lo sabe. Por eso se robaron las últimas elecciones”. Esta afirmación se alinea con la denuncia de fraude electoral por parte de la líder opositora María Corina Machado, quien ha reiterado que no participará en ningún proceso electoral hasta que se reconozca el resultado de los comicios del 28 de julio del año pasado.
Críticas a las concesiones y sanciones
Rubio también criticó las decisiones tomadas por la administración de Joe Biden, especialmente la flexibilización de sanciones a Venezuela. En contraste, destacó que el gobierno de Donald Trump ha retomado una línea más estricta, incluyendo la cancelación de la licencia que permitía a Chevron operar en territorio venezolano. Esta medida se justificó por el incumplimiento de acuerdos migratorios y electorales por parte del gobierno de Maduro.
El secretario de Estado señaló que Venezuela no ha aceptado el retorno de migrantes irregulares deportados desde EE.UU., incluyendo individuos presuntamente vinculados al grupo criminal Tren de Aragua. Las autoridades venezolanas han negado estas acusaciones, asegurando que los deportados no tienen relación con dicha organización.
Acusaciones sobre vínculos con Irán
En otro punto de su intervención, Rubio expresó preocupación por la supuesta intención del gobierno venezolano de convertirse en una “base operativa de Irán” en el hemisferio occidental. “Eso es inaceptable. El presidente Trump jamás va a permitir que Irán tenga una base operativa en Venezuela o en cualquier lugar de nuestro hemisferio”, afirmó.
Estas declaraciones se producen en un contexto de creciente tensión entre Caracas y Washington, donde las decisiones diplomáticas y económicas están marcadas por el debate sobre la legitimidad del gobierno venezolano y su alineamiento internacional.