Una encuesta publicada el martes reveló que casi el 80 por ciento de los venezolanos cree que el presidente Donald Trump debería dejar de apoyar a Juan Guaidó, después de casi dos años de la autoproclamación.
Guaidó se juramentó como presidente de Venezuela en enero de 2019 después de que la oposición y cerca de 50 países no reconocieron los resultados de las recientes elecciones en mayo de 2018.
Por ello, la Asamblea Nacional, tiene el poder de nombrar un presidente interino cuando el titular no puede desocupar o se produce una «ruptura en el orden democrático», según la constitución. Guaidó era presidente de la Asamblea Nacional cuando los legisladores lo eligieron.
Maduro no abandonó el palacio presidencial y mantiene el control de las fuerzas armadas venezolanas, lo que significa que Guaidó no ha actuado casi por completo en su condición de presidente, aparte de nombrar embajadores en países que reconocen su legitimidad.
La nueva encuesta, publicada esta semana por la empresa encuestadora Meganálisis, parece indicar agotamiento y falta de fe en que Guaidó ha utilizado la tremenda buena voluntad que ha acumulado en Occidente debido a su estatus legal como presidente para liberar a Venezuela del régimen socialista.
Hasta principios de 2020, Guaidó era miembro del partido Voluntad Popular, también una organización socialista y miembro de pleno derecho de la Internacional Socialista. La Internacional Socialista ha condenado habitualmente al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de Maduro por no cumplir con lo que considera las responsabilidades sociales del gobierno.
En su última encuesta , realizada del 10 al 15 de julio en todo el país, Meganálisis preguntó a los encuestados si creían que el presidente Trump, uno de los primeros líderes mundiales en reconocer a Guaidó como presidente, debería dejar de apoyarlo y apoyar a otro político. De los encuestados, el 78.8 por ciento respondió que Trump debería hacerlo.
Solo el 11 por ciento de los encuestados, o aproximadamente uno de cada diez, dijo que Trump debería continuar apoyando a Guaidó, mientras que aproximadamente la misma cantidad dijo que no lo sabían. Cuando se les preguntó más directamente sobre el carácter de Guaidó, el 83.1 por ciento de los encuestados dijo que sí a la pregunta: «¿Crees que Guaidó es un político débil?», Mientras que solo el cinco por ciento dijo «no».
Las respuestas extremadamente negativas hacia Guaidó no parecían significar que los venezolanos apoyaran a Maduro, bajo cuyo liderazgo el declive iniciado por el difunto dictador Hugo Chávez se volvió mucho más rápido y agudo. La encuesta también preguntó a los venezolanos si creían que Maduro «satisfizo las necesidades de los venezolanos». Alrededor del 70 por ciento respondió «no», mientras que solo el 15 por ciento dijo que sí.
Una mayoría igualmente abrumadora, 69.3 por ciento, dijo que no confiaba en la creación de Maduro de una nueva Comisión Nacional Electoral para supervisar las elecciones durante la pandemia, liderada por las autoridades judiciales responsables de reprimir a los disidentes antisocialistas.
Guaidó recibió un apoyo significativo del pueblo venezolano durante gran parte de principios de 2019, luego de su ascenso a la presidencia. Gran parte de la actitud en el país hacia él cambió después de que anunció el 30 de abril de 2019 que había convencido a los líderes de las fuerzas armadas de seguir su ejemplo, no el de Maduro, y llamó a los civiles a tomar las calles contra las fuerzas de Maduro. Maduro apareció en televisión al día siguiente declarando que sus líderes militares no habían hecho nada por el estilo y que reprimiría violentamente cualquier actividad de protesta.
Aunque Guaidó apeló continuamente a los civiles, Maduro apareció en televisión con sus principales líderes militares y la falta de un plan coherente para eliminarlos por parte de Guaidó resultó en que los venezolanos perdieron la esperanza en el esfuerzo. Finalmente, Guaidó aparentemente no logró atraer el apoyo de ningún soldado venezolano, salvo un pequeño número que desertó a Colombia y orquestó un ataque fallido contra Maduro hace dos meses.
A lo largo de su mandato, mientras lideraba eventos publicitarios como la adquisición de abril de 2019, Guaidó ha tratado al régimen de Maduro como un socio de negociación legítimo, llegando a la mesa con intermediarios aparentemente arbitrarios como las naciones de Noruega y Suecia para intentar llegar a acuerdos humanitarios con Maduro. Las conversaciones dieron como resultado un acuerdo en junio con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), una subsidiaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para permitir la ayuda del coronavirus chino al país. No está claro en el momento de la publicación si ha llegado algo de esa ayuda.
Encuestas anteriores de Meganálisis este año revelaron desilusión con Guaidó. En mayo, casi el 90 por ciento de los encuestados le dijo al encuestador que Guaidó no era capaz de gobernar el país; El 80 por ciento dijo que la oposición de Guaidó «no tenía credibilidad». Quizás el ímpetu detrás de las respuestas de este mes, el 86 por ciento dijo que Guaidó había malgastado los recursos que le ofreció el presidente Trump.
El último gran gesto de apoyo de Trump a Guaidó ocurrió en febrero, cuando asistió al discurso del Estado de la Unión de Trump como invitado especial. Trump lo reconoció desde el podio y prometió apoyar una Venezuela libre y no socialista.
Si bien apoyar a Guaidó es también la posición predeterminada de aceptar la legitimidad de la constitución venezolana, las propuestas de Trump hacia Guaidó fueron en gran medida producto de la estrategia del ex asesor de seguridad nacional John Bolton. Después de su destitución del cargo en septiembre, Trump declaró : “No estoy de acuerdo con John Bolton sobre sus actitudes sobre Venezuela. Pensé que estaba fuera de lugar y creo que he demostrado tener razón «, sin dar más detalles. En su libro recientemente publicado «Tell- All «, Bolton se quejó de que Trump específicamente carecía de confianza en Guaidó.