El presidente electo de Argentina, Javier Milei, rechazó las acusaciones de Nicolás Maduro, quien lo calificó como un «extremista neonazi». Milei también condenó la dictadura de Maduro y dijo que no tendrá relaciones diplomáticas con países «comunistas».
En una entrevista con La Nación +, Milei dijo que las acusaciones de Maduro son «inapropiadas» y que «banalizan el holocausto». «A la dictadura de Maduro nosotros la condenamos, al margen de lo muy inapropiado de los términos que utilizó para calificarme», dijo.
El nuevo presidente electo de argentina, ha criticado a los gobiernos de otros países comunistas, como Cuba, Nicaragua, Irán y Corea del Norte. También ha dicho que no tendrá relaciones diplomáticas con países «comunistas».
Las relaciones entre Argentina y Venezuela se estrecharon durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, pero se deterioraron durante el gobierno de Mauricio Macri.
Tensión entre los presidentes de Argentina y Venezuela
Milei también condenó la dictadura de Maduro y dijo que no tendrá relaciones diplomáticas con países «comunistas».
Maduro había dicho que la victoria de Milei era una «tremenda amenaza» para América Latina y que el nuevo presidente argentino pretendía «instaurar» proyectos «ultra neoliberales».
Las declaraciones de Milei y Maduro han generado preocupación en algunos sectores de la sociedad argentina, que temen que la tensión entre los dos países pueda escalar.
¿Cómo afectará la tensión entre Milei y Maduro a las relaciones entre Argentina y Venezuela?
Es difícil saber cómo afectará la tensión entre ambos presidentes las relaciones entre Argentina y Venezuela. Sin embargo, es probable que la relación entre los dos países sea más tensa en los próximos meses.
Milei ha dicho que no tendrá relaciones diplomáticas con países «comunistas», lo que podría significar que Argentina romperá relaciones con Venezuela. Esto tendría un impacto negativo en las relaciones comerciales y económicas entre los dos países.
También es posible que la tensión entre Milei y Maduro genere inestabilidad en la región. Si la situación se deteriora, podría conducir a peores condiciones para la diáspora venezolana, tal como las evidenciadas recientemente en Perú.