La crisis económica afecta al sector educativo, tanto como al resto del entorno nacional. Padres y educadores se preparan para afrontar un nuevo período escolar.
El nuevo año escolar está próximo a comenzar, en escasos 10 días, lo que implica prepararse para todo lo que ello acarrea.
En el caso de los educadores y demás trabajadores, inicia un nuevo período de trabajo. Con la situación actual hay que pensar en toda la logística que implica afrontarlo.
Una educadora Caraqueña escribió en sus redes sociales: «Yo aquí pensado como regresar a mi escuela, en este nuevo año escolar. Si mi sueldo es de 100 mil bs mensuales y en pasajes gasto diarios 3600 bs». ( 72 mil bs mensuales)
«Mi sueldo no me alcanza quincenal ni siquiera para comprar un pollo, mucho menos para mantener a mi hijo. Cómo comenzar clases sin zapatos, sin uniforme, sin materiales de trabajo y sobre todo sin una alimentación adecuada. Este gobierno nos tiene sumergidos en una miseria. Que ni trabajando doble puedes vivir. Es duro todo lo que estamos pasando los Venezolanos», manifiesta.
Esta situación, común para los educadores, atenta contra la educación de los niños y jóvenes venezolanos, un ominoso prospecto para el país.

Un nuevo año escolar, muchos retos
Por el lado de los padres, la compra de los útiles escolares representa lo que al quijote los molinos de viento, enfrentarse a un monstruo terrible, multiforme e invencible.
Las camisas se consiguen por 90.000 y 100.000 bolívares, mientras que las chemises son un poco más costosas, pues según la talla varían entre 200.000 y 300.000 bolívares.
Pantalones, jumpers y faldas están entre 90.000 y 120.000, mientras que un mono deportivo puede costar hasta 150.000 bolívares. Cuadernos en comercios propiedad de chinos se pueden comprar por 25.000 bolívares. Una caja de lápices varía según la marca. Entre 45.000 y 60.000 bolívares la caja de doce unidades.
En ese mismo orden están los libros y demás enceres, se necesitan más de dos millones de bolívares por niño para afrontar el costo de equiparlos. Si bien este es un un gasto único al año, a diario se requiere también dinero para transporte y comida.
Los padres están en la constante búsqueda de la manera de estirar los recursos para poder cubrir estos costos, todo un dolor de cabeza.
Muchos niños no son enviados al colegio por falta de dinero para cubrir los pasajes y una merienda, cuando tienen la fortuna de cubrir la alimentación del niño en casa.
Esta es la Venezuela actual, en la que se necesita creatividad y resiliencia para sortear obstáculos. Los resultados de esta carencias se verán a futuro, en la generación que se está formando. Para bien o para mal, esta es la siembra, esperemos por los frutos.