El papa Francisco dirigió hoy un pensamiento a la población de Venezuela, «que ha sufrido tanto», en una audiencia con el Instituto de los Rosminianos.
«Los aliento a ser hombres de manos siempre tendidas a los sufrientes -exhortó el papa-, para llevarles el auxilio de la fe y la caridad. Pienso en particular en sus hermanos y en las hermanas rosminianas que operan en Venezuela, llamados a brindar cercanía espiritual y material a la población que ha sufrido tanto».
En la audiencia, el papa recordó que «la fidelidad a la sede de Pedro expresa la unidad en la diversidad y la comunión eclesial, elemento imprescindible para una misión fructífera».

El pontífice invitó a vivir dando el primer lugar a la caridad, pero también al «heroísmo del silencio».
«Rosmini (el fundador del Instituto, NDR) acompañaba la caridad con una fuerte firmeza interior, intrépido en el ‘callar’: que su ejemplo nos impulse a progresar en la fecundidad del silencio interior y en el heroísmo del silencio exterior».
«Este es el camino que produce frutos de bien y de santidad, el camino que han recorrido los santos y que la Iglesia indica a todo creyente. Es importante asimismo mantener aquella ‘santa indiferencia’ que su fundador tomó de San Ignacio de Loyola: sin ella no es posible una auténtica caridad universal», concluyó Francisco.