Una nueva cabeza para PDVSA. difícilmente cambiará en el corto plazo la situación de degradación de la empresa. Con el nombramiento de Tareck El Aissami y Asdrúbal Chávez el gobierno bolivariano busca nuevas soluciones con los mismos recursos que han devastado al país.
Con la paralización de la estatal petrolera entre la devastación de la corrupción y las acciones del gobierno norteamericano, el Estado venezolano se ha quedado sin recursos para proveer bienestar al país.
La debacle de PDVSA, producto de más 20 años de manejos irresponsables y poco profesionales, siempre trae a colación a los mismos protagonistas, como el caso de Rafael Ramírez, Nervis Villalobos y Eudomario Carruyo.
Nunca es el caso, el establecer responsabilidades reales, sólo se rellenan titulares de prensa que esconden una guerra de poder y la necesidad de esconder verdades tras cortinas de humo.
Esta nueva designación, parece ir dentro de esta premisa, tratando de generar una mejor imagen pública y confianza en la recuperación de la empresa medular venezolana.

Los viejos escándalos han señalado frecuentemente a Eudomario Carruyo, exvicepresidente de Finanzas de Pdvsa y exdirector de Palmaven, Deltaven, Pdvsa Marina y Citgo, a quien hasta ahora no se le ha podido demostrar ningún cargo, no obstante es siempre traído a colación en relación con las altas esferas de relacionados con el gobierno bolivariano.
Carruyo, es una de las muchas víctimas de la purga de PDVSA, sobre quien pesa el estigma con el que han marcado a los boliburgueses, sin establecer su participación en las conspiraciones y fechorías que le imputan.
A este empresario venezolano, retirado del servicio a la nación tras más de 40 años de trabajo, le han convertido en un chivo expiatorio, para que otros casos y personalidades nombres queden ocultos ante la opinión pública.