El pasado sábado fue anunciado el plan de ahorro en oro por el presidente Nicolás Maduro, quien anunció ayer que se hará vigente a partir del 11 de septiembre próximo.
Con este plan de ahorro en oro, se emitirán certificados electrónicos, anunció el mandatario, quien afirma que servirá «como base sólida» para solicitar créditos para proyectos y así fortalecer el sistema crediticio del país, informa la agencia venezolana de noticias.
«La base de oro, de certificados de ahorro en oro, servirá de base sólida para el sistema crediticio y para que el pueblo pueda obtener créditos. Ir recuperando la capacidad del sistema financiero. Estos certificados en oro van a salir al mercado venezolano, a la oferta el próximo 11 de septiembre», dijo Maduro en una alocución emitida desde la sede de la Casa de Moneda en Caracas.
En referencia a su liquidez, dijo: «He propuesto que se pueda monetizar. Pero en condiciones especiales, se pueda monetizar cada tres meses».
«Cada lingote va a emitir 10 certificados, electrónicos para que tenga acceso cualquier trabajador, ama de casa, para la compra de cualquier certificado, cuya custodia será en el Banco Central de Venezuela», indicó el vicepresidente del Área Económica, Tareck El Aissami.
El Aissami «el lingote de 1,5 tiene un valor al día de 3.502 bolívares soberanos» y el de 2,5 gramos «tendrá un valor día de 5.837 bolívares soberanos».
El detalle está en el acceso a esa cantidad de dinero para invertir, ya que con un salario mínimo ubicado en 1800 bs S, el cual no cubre las necesidades básicas de la población, difícilmente podrá ser comprado por el venezolano promedio.
La agencia de noticias italiana, ANSA, publicó declaraciones del economista Luis Laguado, quien afirmó que este anuncio «no tiene sentido porque el venezolano no tiene ni siquiera capacidad para comprar alimentos, mucho menos para ahorrar y comprar oro».
Una maestra de educación inicial dijo: «Se parece al cuento de la cenicienta, puedes ir al baile si limpias todo el castillo», indicando además que el personaje de los cuentos de hadas no tenía para comprar un vestido para asistir al baile, «la salvó el hada madrina», dijo la docente, quien deseó una hada así para venezuela.