Desde hace varios meses el gobierno bolivariano viene ofreciendo que acabará con la escasez de combustible en Venezuela, sin embargo mezclar promesas y gasolina, puede resultar en una combinación volátil.
No es que el cumplimiento o incumplimiento de esta promesa lleven a un estallido social, Venezuela ya está más allá de eso. Ese trabajo lo hizo el chavismo de manera consistente, porque cada protesta del país fue ignorada hasta el agotamiento de los ciudadanos descontentos.
Hoy en día, se ven las colas para surtir la gasolina, llena de personas descontentas que tienen a simple vista el mercado de privilegios con el que atropellan sus derechos. Es un secreto a voces que hay un mercado para poder llenar el tanque de los enchufados o los que pagan para formar parte de los «VIP», que no tienen que pasar más de 24 horas en espera para acceder a un limitado cupo de litros de combustible.
En una entrevista transmitida por venezolana de televisión, Nicolás Maduro señaló que el mercado interno de hidrocarburos ha aumentado dos veces en el transcurso de este año, al tiempo que puntualizó que este sector es uno de los indicadores importantes de la reactivación económica “y nosotros hoy por hoy estamos preparados para las próximas semanas entrar en una fase de producción del doble de los hidrocarburos, con el apoyo de la organización popular y funcionamiento de las estaciones de servicio fuera de las mafias corruptas”.
Cabe entonces la pregunta: ¿Cómo pudo aumentar el mercado de hidrocarburos cuando el parque automotor del país esta reducido?, ¿Si hay más demanda y menos vehículos, a donde va a parar esa gasolina?

Si levantan las sanciones
Otro titular reciente de la prensa nacional dice que Citgo espera restablecer el suministro de gasolina a Venezuela después de que se levanten las sanciones, entonces acabaremos con la escasez, sí y solo sí el diálogo se consolida en acuerdos y por supuesto, el gobierno bolivariano continúe en la administración de PDVSA. Claro, todo esto es implícito, no se declara directamente al respecto.
Es difícil creer que la corrupción en PDVSA será erradicada, que la producción se reactivará. Esto, después de 20 años de un manejo que está más allá de la ineptitud, porque entra en el campo de la negligencia criminal.
Con el mismo discurso, difícilmente podrían esperarse resultados distintos al escenario actual. Una definición de la locura hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Aunque la frase es supuestamente atribuida a Albert Einstein sin pruebas, no deja se ser cierta.
Esperar una mejora en la nacional petrolera, después de su profundo deterioro, es casi pecar de ingenuos o directamente creer una mentira descarada.

Reactivación de El Palito
Con las declaraciones de Reinaldo Quintero, presidente de la Cámara Petrolera de Venezuela, se pretende generar confianza en que que la refinería El Palito comenzará a operar muy pronto.
Una vez más se ofrece la reactivación de la refinería, tal como el niño de la fábula de ahí viene el lobo. Lo creeremos si lo vemos. Esta es la forma más amable de expresar una reacción a tal propuesta.
Quintero asegura que en Venezuela se refinan entre 60.000 y 80.000 barriles al día. Sin embargo el país requiere de 120.000 a 140.000 para cubrir el mercado nacional de gasolina.
Mezclar promesas y gasolina, representa un grave peligro: alguien puede creerlo y seguir apoyando a quienes relegan las necesidades de los venezolanos. Así continúa el ciclo de la locura en Venezuela.