Se abrirán trescientas franquicias de casas de cambio en el país, tras la puesta en marcha de las medidas económicas que serán vigentes a partir del día de hoy.
Estas franquicias de casas de cambio operarán en hoteles, aeropuertos y centros comerciales del país.
Esta información fue proporcionada en una rueda de prensa que ofreció el pasado sábado el ministro para la Comunicación e Información, Jorge Rodríguez.
Dijo el ministro: «basados en el cambio del día –que deriva de las subastas que realice el Banco Central De Venezuela (BCV)– las personas podrán ir con sus divisas a cambiarlas libremente en cada casa de cambio».
Los precios de las diferentes divisas podrán conocerse, según explica Rodríguez, mediante las subastas diarias realizadas por el BCV, de esta manera los venezolanos estarán al tanto del precio de cada divisa convertible como el Yuan, Dólar, Euro, Rupia y Petro.

Durante su intervención, transmitida por Venezolana de Televisión, explicó que habrá un cambio único fluctuante en las subastas del Sistema de Divisas de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (Dicom).
«Se va a establecer un cambio único fluctuante en las subastas y se realizarán, en principio, tres subastas semanales y luego, llegaremos hasta cinco subastas semanales por vía del llamado Dicom», manifestó Rodríguez.
Falta conocer los procedimientos asociados a la compra de divisas
Sin embargo, no se ha dado a conocer los procedimientos para tener acceso a las divisas y tampoco si habrá limitaciones en cuanto a la cantidad que pueda obtenerse en una transacción.
Lo que si está claro es que el gobierno nacional ha diseñado este esquema para que las remesas sean canalizadas por las casas de cambio, de manera tal que parte de estas divisas entren al estado vía impuestos.
Sigue sin ser claro el hecho de que una persona reciba una cantidad de dólares y pueda por ejemplo recibirla en la misma divisa en efectivo, o si sólo va a ser entregada al receptor en bolivares soberanos.
Se estima que las remesas enviadas al país por las personas que han migrado y ayudan económicamente a sus familiares ascienden a mil millones de dólares anuales, lo cual permitiría evadir parte de las sanciones que Estados Unidos ha impuesto sobre Venezuela.