Los nuevos billetes, con sus tres ceros adicionales, muestran el deterioro del valor del bolívar y evidencian la falla del plan de recuperación económica implementado por el gobierno bolivariano.
El pasado 13 de junio fueron incorporados al cono monetario venezolano vigente los billetes de Bs 10.000, 20.000 y 50.000. Según las comunicaciones oficialistas, esta adición tiene la finalidad de hacer más eficiente el sistema de pago y facilitar las transacciones comerciales.
En su comunicación, el Banco Central de Venezuela informó que las nuevas piezas vienen complementan y optimizan el actual cono monetario, en vigencia desde agosto pasado, para cumplir con los requerimientos de la economía nacional.
Por ello, la actual familia contará ahora de 11 piezas, de Bs 50.000, 20.000, 10.000, 500, 200, 100, 50, 20, 10, 5 y 2, además de monedas de 1 y 0,5 bolívares.
Cabe destacar que actualmente los billetes de 50, 20, 10, 5 y 2 no son aceptados por comerciantes, motivo por el cual han salido de circulación de manera tácita.
Las monedas, apenas circularon por un breve tiempo y al igual que las del cono anterior desaparecieron sin que el público se acostumbrase a su uso.
Con respecto a esta adición el economista César Aristimuño, director ejecutivo de la firma Aristimuño Herrera & Asociados, considera necesaria una reestructuración integral del cono monetario.
El economista calificó el añadido de los Tres ceros como una medida positiva, sin embargo opina que esta situación obliga a repensar la vigencia de los actuales billetes de menor denominación.
“Sin duda, esta nueva medida que aumenta nominalmente 99 veces el valor del billete de mayor denominación, de 50.000 bolívares, tendrá que generar presiones alcistas de algunos precios rezagados, porque de lo contrario, será muy complicado gestionar los pagos de actividades cotidianas.¿Cómo se paga un pasaje de 700 bolívares con un billete de 10.000, por ejemplo? Y si es de 20.000 o 50.000 será más complicado aún”, señala el economista, al poner el foco en los impactos más directos de esta decisión.
Aristimuño sostiene que la emisión de estos nuevos billetes es un reconocimiento a la expansión de la hiperinflación, que ya había quedado reflejada en las cifras macroeconómicas que el Banco Central publicó recientemente, y añade que este nuevo extremo alto del cono monetario también será erosionado si no se toman medidas eficientes para enfrentar radicalmente el fenómeno hiperinflacionario.