La jóven de 15 años, llamada Greta Thunberg, aleccionó a los líderes mundiales acerca del cambio climático.
La activista medioambiental se dirigió a la audiencia de la cumbre para el cambio climático de Naciones Unidas que se celebró en Polonia.
Ella y sus compañeros llevan desde el mes de agosto sentándose cada viernes frente al Parlamento sueco para pedir que se cumplan los objetivos medioambientales.
Se sientan con sus mochilas y una pancarta con un mensaje claro: «huelga escolar por el cambio climático».
Alguien dijo una frase que se quedó en el pensamiento colectivo, la cual hasta ahora solo ha servido como referencia: «El mundo no es un legado que dejamos a nuestros hijos, es un préstamo que ellos nos han hecho».
Las palabras de Greta Thunberg son el recordatorio absoluto de esa afirmación.
A continuación transcribimos su discurso:
Me llamo Greta Thunberg. Tengo 15 años y soy de Suecia. Hablo en nombre de la justicia climática.
Ahora mucha gente dice que Suecia es solo un país pequeño y no importa lo que hagamos, pero he aprendido que nunca eres demasiado pequeño para marcar la diferencia, y si algunos niños pueden obtener titulares en todo el mundo solo por no ir a la escuela, luego imagina lo que todos podríamos hacer juntos si realmente quisiéramos.
Pero para hacer eso, tenemos que hablar claramente, no importa lo incómodo que pueda ser. Ustedes solo hablan de un crecimiento económico verde y eterno porque tienes demasiado miedo de ser impopular.
Solo hablan de seguir adelante con las mismas malas ideas que nos metieron en este lío, incluso cuando lo único sensato que puedes hacer es frenar el freno de emergencia.
Ustedes no son lo suficientemente maduros para decirlo como es, nos dejan esa carga a los niños, pero no me importa ser popular. Me preocupo por la justicia climática y el Planeta Viviente.
Nuestra civilización está siendo sacrificada para dar la oportunidad de que una pequeña cantidad de personas continúen haciendo enormes cantidades de dinero.
Nuestra biosfera se está sacrificando para que las personas en países como el mío puedan vivir en el lujo. Son los sufrimientos de los muchos los que pagan por los lujos de unos pocos.
En el año 2078 celebraré mi 75 cumpleaños. Si tengo hijos tal vez pasen ese día conmigo. Tal vez me pregunten, tal vez me pregunten por qué no hiciste nada mientras aún quedaba demasiado tiempo.
Ustedes dicen que aman a sus hijos por encima de todo y lo que hacen es robar su futuro frente a sus propios ojos mientras comienzan a enfocarse en lo que hay que hacer, en lugar de lo que es políticamente posible, no hay esperanza.
No podemos resolver una crisis sin tratarla como una crisis, necesitamos mantener los combustibles fósiles en el suelo y debemos centrarnos en la equidad y las soluciones dentro de este sistema son imposibles de encontrar que debemos cambiar el sistema en sí.
No hemos venido aquí para decir a los líderes mundiales que se interesen, nos han ignorado en el pasado y nos volverán a ignorar. Nos hemos quedado sin excusas y nos estamos quedando sin tiempo.
Hemos venido aquí para hacerles saber que el cambio está llegando, les guste o no, y que el verdadero poder pertenece a la gente.
La petición quizá fue escuchada
La cumbre del clima de Katowice (COP24) ha concluido con la aprobación del libro de reglas que hará posible la puesta en marcha del Acuerdo de París.
Estas reglas por las que se regirá el funcionamiento del Acuerdo permitirán medir, en un marco de transparencia común, los esfuerzos de lucha contra el cambio climático, adaptación a sus impactos y financiación que se han comprometido a hacer los países.
La ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera dijo que el mensaje político que sale de esta reunión es muy positivo, pues “se impone la voluntad de seguir trabajando de manera cooperativa para que sea a través del sistema multilateral como se dé respuesta a los grandes retos globales”.
Es un primer paso muy importante, lo que está en juego es la vida misma de todos los seres vivos del planeta.
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