El denominado «Tren de Aragua», la peligrosa banda criminal de origen venezolano, sufrió este viernes un duro revés luego que las autoridades colombianas arrestaran a 19 de sus miembros en sendos operativos adelantados en Bogotá y en el municipio aledaño de Soacha.
El plan trazado por la Policía local, bautizado como «Operación San Martín», apuntaba a resolver las muertes de más de 15 personas a lo largo de este año y cuyos cuerpos desmembrados, en algunos casos, fueron metidos en bolsas plásticas y arrojados en varios sectores de la ciudad.
Según la Policía, estos crímenes estarían relacionados con una lucha territorial entre estas organizaciones venezolanas y algunas locales enfrentadas por el control de sectores de la capital colombiana, con el propósito de vender drogas ilícitas y ejercer otro tipos de crímenes como la extorsión.
De manera que las autoridades atribuyen la aparición de los cuerpos de esa guerra silenciosa y en su mayoría venezolanos, a la confrontación desatada entre bandas «multicrímen» y explican la atrocidad a la intención consciente de causar terror.
Los primeros en caer en manos de las autoridades fueron cinco integrantes de otra banda criminal venezolana llamada «Los luisitos», cuyas grabaciones hechas por varios de sus miembros en teléfonos móviles permitieron, entre otras, esclarecer la autoría de al menos tres de esos homicidios.
«No vamos a parar», advirtió hoy el general Henry Sanabria, director general de la Policía colombiana, sobre la lucha local contras esas organizaciones.
El oficial lamentó que dentro de los 19 del tren de Aragua detenidos estuviera un teniente de la Policía, quien estaba encargado de una pequeña estación en una de las zonas al suroeste de la ciudad donde se presentaron la mayoría de esos crímenes y que al parecer recibía dinero para dejar operar a los miembros de esa banda.
«Identificar dentro de una estructura criminal a un miembro de la fuerza pública es algo que naturalmente genera pesar, porque el compromiso fundamental de los policías de Colombia es brindar seguridad y no ser generadores de inseguridad», se lamentó el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
Mientras que el general Sanabria precisó que dentro de las 19 personas detenidas, 14 eran de nacionalidad venezolana, todas vinculadas a siete de los macabros crímenes de las bolsas de plástico.
El fiscal general, Francisco Barbosa, afirmó que las personas arrestadas «serían responsables de homicidios selectivos, venta de estupefacientes al menudeo, extorsiones a comerciantes, venta de licor adulterado, entre otras actividades delictivas».
Todos, sin excepción, fueron acusados formalmente ante jueces acusados de delitos como «homicidio, concierto para delinquir agravado, tráfico fabricación y porte de armas de fuego, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y extorsión y cohecho».
Al menos 11 de los detenidos tenían órdenes de arresto en su contra, mientras que los restantes ocho fueron apresados en flagrancia.
Durante los arrestos se decomisaron armas de fuego, munición de distintos calibres, drogas, teléfonos celulares, y un total de 223 cédulas de ciudadanía y tarjetas de memoria para móviles.
El denominado «Tren de Aragua», cuyos tentáculos criminales se han extendido a países como Perú y Ecuador, además de Colombia, es una organización que imparte órdenes desde una cárcel venezolana, donde se encuentra detenido su máximo jefe, Héctor Rusthenford Guerrero Flores «Niño Guerrero».
Edna Bonilla, alcaldesa encargada de Bogotá, aseguró este viernes que «cuando Bogotá y el Estado trabajan por la seguridad de sus ciudadanos los resultados se ven» y afirmó que la cuidad está comprometida «con la vida».
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