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El gas como detonante de una nueva tensión regional

La relación entre Venezuela y Trinidad y Tobago atraviesa uno de sus momentos más críticos. A raíz de la llegada del buque de guerra estadounidense USS Gravely a Puerto España, el gobierno de Nicolás Maduro suspendió un acuerdo energético clave con el archipiélago caribeño. La medida se suma a las tensiones diplomáticas, acusaciones cruzadas y amenazas de deportación masiva de migrantes venezolanos.


Campo Dragón: el acuerdo suspendido.
El pacto suspendido buscaba explotar Campo Dragón, un yacimiento de gas ubicado en aguas venezolanas. Venezuela no tiene capacidad técnica para desarrollarlo sola, por lo que el acuerdo contemplaba que Shell y la Compañía Nacional de Gas de Trinidad y Tobago lo operaran, con una licencia especial de EE. UU. que evitaba sanciones.


El gas extraído sería procesado en Trinidad y devuelto parcialmente a Venezuela, que aspiraba a comercializarlo. Sin embargo, la petrolera estadounidense ConocoPhillips interpuso una demanda para embargar cualquier producción vinculada a PDVSA, complicando aún más el escenario.


Geopolítica y sanciones en juego.
Expertos como Alberto Cisneros, exasesor de PDVSA, señalan que el conflicto va más allá del gas. EE. UU. busca recuperar influencia en el Caribe y limitar la presencia de actores como Rusia, China o Irán. La suspensión del acuerdo con Shell elimina una de las pocas excepciones que permitían operar en Venezuela bajo sanciones, junto con la de Chevron.


¿Quién pierde más?
Trinidad y Tobago, con reservas de gas en declive y una dependencia casi total de este recurso para generar electricidad, pierde una oportunidad estratégica. Venezuela, por su parte, se queda sin ingresos potenciales y sin una vía para saldar parte de su deuda con ConocoPhillips.


Migración: el impacto humano.
Mientras los gobiernos escalan el conflicto, los ciudadanos sufren las consecuencias. Al menos 200 venezolanos enfrentan deportación en Trinidad y Tobago, donde residen cerca de 40.000 migrantes. Muchos de ellos tienen experiencia en el sector energético, pero ahora se ven atrapados en una disputa que mezcla intereses económicos, políticos y militares.

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