Este lunes quedó habilitado el tránsito de camiones de carga por el puente Simón Bolívar, que conecta al departamento de Norte de Santander en Colombia con el estado del Táchira en Venezuela, tras un acto simbólico al que asistió el presidente Gustavo Petro.
Durante los siete años de rompimiento de las relaciones entre ambas naciones, no solo se distanciaron los gobiernos en Bogotá y Caracas, sino que esa frontera que en el pasado fue una de las más dinámicas de Sudamérica quedó reducida a barricadas a ambos lados de la línea imaginaria.
Lo mismo ocurrió con el comercio binacional, que en su mayor momento de esplendor —durante el gobierno del derechista Alvaro Uribe y el izquierdista Hugo Chávez en 2008— superó los 7 mil millones de dólares anuales; el año anterior ese comercio cerró en 400 millones de dólares.
Al acto de hoy, que permitió el paso inicial al otro lado de la línea limítrofe de cinco camiones de carga venezolanos y cinco colombianos, asistió Petro, quien a último momento decidió viajar a Cúcuta y estar presente en la reapertura.
Nicolás Maduro, no acudió al evento y en su reemplazo acudió a la cita Ramón Celestino Velásquez Araguayán, ministro del Poder Popular para el Transporte y Presidente de Conviasa.
Para el mandatario colombiano, el de hoy fue un «día histórico para la región, para el país, para América del Sur, para América en general».
Algo similar escribió Maduro en su cuenta de Twitter: «Estamos retomando relaciones y dando pasos firmes para avanzar en la apertura total y absoluta de la frontera entre pueblos hermanos: Colombia y Venezuela. ¡Es un día histórico y transcendental!».
Los dos primeros camiones que pasaron por la frontera, tras cuatro años de cierre en el puente Simón Bolívar, transportaban aluminio desde Venezuela y medicamentos desde Colombia.
Para el mandatario colombiano, «la globalización es antes que nada una relación entre vecinos».
«Cualquiera que mida los flujos de comercio internacional, los flujos culturales, los flujos de población contará siempre que la mayor cantidad se realiza entre vecinos y así era antes de que la locura sectaria se adueñara de corazones y cerebros», aseguró en una declaración pública, tras la apertura.
La recuperación de los nexos entre Colombia y Venezuela tuvieron como primer acto el nombramiento semanas atrás de embajadores y hoy se produjo un segundo acto con la apertura de ese paso fronterizo.
Entre tanto, la apertura de cielos quedó en entredicho.
El fin de semana la Aeronáutica Civil anunció de la autorización para el aterrizaje en Bogotá, en la mañana de este lunes, del primer vuelo directo procedente de Caracas, pero eso no ocurrió.
Según medios informativos colombianos, la aeronave de la compañía Turpial Airlines nunca partió del aeropuerto Maiquetía en Caracas con destino a El Dorado en Bogotá, al parecer no hubo pasajeros dispuestos a pagar el alto costo de los boletos.
En su discurso en la frontera, Petro aseguró que tanto las «tareas» como los «problemas» entre las dos naciones se seguirán produciendo, pero llamó al diálogo.
«Tendremos nuevas tareas y nuevos problemas que asumir, habrá indudablemente discusiones, obstáculos entre los dos gobiernos y las dos sociedades, pero siempre en paz, siempre con el argumento, siempre respetando al otro», advirtió el mandatario, que llamó a valorar la «autodeterminación de los pueblos».
«Que la democracia, que la paz, que el respeto absoluto a la dignidad del ser humano allá y acá sea nuestra consigna común», recalcó.