Separados por más de 10.000 kilómetros y con culturas distintas, Irán y Venezuela han consolidado una relación política y militar que desafía el orden internacional liderado por Estados Unidos. Esta alianza, forjada en el siglo XXI, se ha intensificado en medio de crecientes tensiones en el Caribe y conflictos en Medio Oriente, lo que vuelve a poner bajo escrutinio su alcance real.
Un vínculo marcado por la confrontación con Washington.
Ambos gobiernos comparten una postura crítica hacia Estados Unidos y han buscado formas de cooperación para sortear las sanciones impuestas por Washington. Mientras Venezuela denuncia una “guerra no declarada” en el Caribe, Irán enfrentó este año un conflicto de 12 días con Israel, que culminó con bombardeos estadounidenses sobre instalaciones nucleares. En respuesta, el presidente Nicolás Maduro condenó la ofensiva, y su homólogo iraní, Masud Pezeshkian, expresó su respaldo tras un ataque de EE.UU. a una embarcación en aguas caribeñas.
¿Un eje político o una alianza puntual?
Además de Irán, Venezuela mantiene relaciones con Rusia y China, aunque los analistas coinciden en que no existe una coordinación formal entre estas potencias. Benigno Alarcón, del Centro de Estudios Políticos de la UCAB, señala que hay cooperación, pero con límites. China, por ejemplo, mantiene una relación pragmática y ha mostrado incomodidad por la deuda venezolana. Rusia, en cambio, tiene un vínculo más ideológico, aunque sus prioridades están centradas en el conflicto con Ucrania.
Alfredo Rodríguez Gómez, profesor de Relaciones Internacionales, descarta que se trate de un eje coordinado. Según él, cada país actúa por separado, y Venezuela es quien más necesita el respaldo iraní.
Cooperación militar y acuerdos estratégicos.
La relación bilateral ha evolucionado más allá de los gestos diplomáticos. En 2022, ambos países firmaron un Acuerdo de Cooperación Estratégica a 20 años, que incluye compromisos en defensa, energía, agricultura y turismo. Sin embargo, el documento no ha sido publicado, lo que genera dudas sobre su contenido real.
Irán ha colaborado con Venezuela en el sector petrolero, especialmente durante la escasez de combustible en 2020. También se ha mencionado asistencia en el desarrollo de drones militares, aunque Caracas nunca ha confirmado un acuerdo formal de transferencia tecnológica.
A nivel comercial, los intercambios siguen siendo modestos. En 2022, Venezuela exportó bienes por menos de un millón de dólares e importó productos iraníes por cerca de 30 millones, principalmente vehículos y autopartes.
¿Un respaldo militar efectivo?
Ante una posible escalada con Estados Unidos, Maduro ha ordenado maniobras militares y decretado un estado de conmoción externa. No obstante, los expertos consideran improbable que Irán se involucre directamente en un conflicto armado. Según Alarcón, cualquier apoyo sería discreto y limitado, sin comprometerse en un nuevo frente militar.
La alianza entre Caracas y Teherán, aunque sólida en lo diplomático, enfrenta obstáculos estructurales y estratégicos. Venezuela busca respaldo en Moscú, atención en Beijing y solidaridad en Teherán, pero ninguno de estos vínculos garantiza una defensa efectiva en caso de confrontación.