La agrupación de oficialistas de larga data, autodenominada chavismo originario alzó su voz respecto a la crisis que atraviesa el país.
Los integrantes de este movimiento, todos con ejercicio de altos cargos en el pasado y coautores de la presente debacle, expresamente exigen que sean incluidos en las posibles opciones a la solución de la crisis en Venezuela.
Juan Barreto, exalcalde mayor de Caracas, es uno de los líderes de este movimiento que manifiestan oposición contra del gobierno de Maduro, de esta premisa se desprende que la cúpula del poderosa del gobierno es justamente el chavismo no originario.
El movimiento cuestiona, en principio, la legitimidad de origen de la Asamblea Nacional Constituyente, indicando que unos 40 constituyentes se han ido a ocupar cargos burocráticos con Maduro.

Junto a Barreto están Indira Urbaneja y William Nolasco, quienes afirman que son parte de un movimiento llamado “Alternativa Bolivariana” y plantean que lo más rápido posible, por el bien de todos, se inicie una negociación y diálogo en el país.
Este llamado «chavismo originario» intenta rescatar los principios fundamentales que rigen el pensamiento del fallecido Hugo Chávez, no obstante cuestionan con garrote las ejecutorias de Maduro.
Recientemente se hicieron conocer ante la opinión pública al entregar una carta a Luis Almagro, secretario general de la OEA, en la que solicitan ser parte del diálogo reconciliatorio que se ha planteado de cara a la crisis política venezolana.
Ante esta manifestación, Nicolás Maduro desestimó que existan personas que se cataloguen como “chavistas originarios” y que no comulguen con los ideales del gobierno.
“Qué vulgaridad tratar de llamar chavismo originario a la descomposición, corrupción y putrefacción de alguna gente. Tratar de disfrazarse de chavismo originario. ¿Cuántos miles de dólares habrá detrás de esa jugada?”, dijo.
Nuevas voces críticas se unen al coro nacional e internacional que cuestionan la legitimidad y gestión del gobierno nacional.