La crisis migratoria venezolana no ha terminado. Para los venezolanos que se han ido a otros países, las Navidades se han convertido en una época de nostalgia, pero también la celebran con sus nuevas familias.
La crisis migratoria venezolana ha sido un problema constante durante años y aún no ha terminado. Venezuela ha perdido cerca de seis millones de personas en los últimos años y este número seguirá aumentando si no hay cambios en el país.
No existe en la actualidad una familia venezolana de la que no haya partido un miembro, así con los corazones fracturados y el amor disgregado, los paisanos echan garra de la tecnología para acortar distancias y parchar una nostalgia a la vez.

Consejos para sobrellevar la nostalgia navideña
No es raro que los migrantes sientan nostalgia durante la temporada navideña. A menudo sienten nostalgia por los lugares que solían llamar hogar. Esto es especialmente cierto para los venezolanos que han sido desplazados por la crisis económica del país.
Sin embargo, siempre hay alguien a quien escuchar y consejos que seguir. La psicólogo, Rosario Vázquez ofreció a través de su cuenta Twitter compartió su experiencia y ofreció su consejo a quien tenga la fortuna de leerlo:
La profesional de la salud mental escribió un hilo en la citada red social el siguiente contenido:
He pasado el día de consulta hablando de la Navidad en un modo u otro.
Cosas que he aprendido tras muchas Navidades como psicóloga:
- La Navidad es movilizadora colectiva de recuerdos de la infancia.
- La idea de las «Navidades felices en familia» nos persigue en la vida adulta y cuando se convierte en un ideal rígido que tenemos que perseguir es como una losa pesada.
Soltar la idea de una Navidad «feliz» por una Navidad en paz es liberador. - El tema económico puede ser un estresor adicional, pero en general es el menor de los problemas. El que más llega a terapia es la idea de ver a gente que no nos agrada, el duelo (por migración, fallecimiento o divorcio especialmente) y la idealización de las fiestas.
- Para muchas familias migrantes la Navidad despierta el duelo y activa lealtades familiares a través de las tradiciones. Mi recomendación: mantén las tradiciones que sean posibles y que traigan alegría y suma las que resuenen contigo. No tienes que elegir, puedes sumar.
- Las familias son diversas no sólo en cuanto a género o cultura. También en cuanto a número. Ninguna familia está «solita» en Navidad. Se tienen unos a otros, así sean sólo tu y tu gato. La idea de «todos juntos» para no estar «solitos» es una trampa. Eres suficiente.
- Hablen de lo que quieren hacer durante las fiestas. No den ningún guión por sentado. Lo que recuerdo de «mí» Navidad es la Navidad de «mi» familia, no la de un país, ni la del planeta. Elijan en libertad lo que los lleve a aquello que quieren sentir.
De igual manera reflexiona sobre el sentido de las fiestas decembrinas y algunos detalles que pueden hacer la diferencia tanto personal como para terceras personas:
- La Navidad es una fiesta que tiene un fuerte contenido cultural pero es especialmente una fiesta religiosa. Si eres creyente permítete un momento para conectar con la esperanza y la fe con respeto por quien no es creyente y en este día participa de las fiestas con otro sentido.
- Porfa, no critiques nadie por su físico. La consulta está llena de gente que no quiere visitar a sus familiares porque en lo que entran por la puerta crítican su cuerpo, su ropa, su manera de comer, su pareja, su trabajo, su crianza, etc. La crítica duele durante mucho tiempo.
- No saben los horribles recuerdos que la gente puede llegar a tener como consecuencia del consumo irresponsable de alcohol. Si tienen niños en casa mantenganse sobrios. Las borracheras navideñas se convierten en las memorias de sus hijos.
- Los eventos como enfermedades o fallecimientos que ocurren cerca de la Navidad no convierten a las Navidades en traumaticas. Lo que traumatiza es el silencio sobre lo vivido. Traumatiza vivir unas Navidades en las que hay violencia en cualquiera de sus formas.
- Por cierto: atentos los depredadores sexuales. Se multiplican los riesgos en situaciones en las que los niños pasan largo tiempo sin supervisión y en situaciones de poca estructura.
Así las cosas, estamos ante una oportunidad de crecer como personas, demostrando una vez más que los venezolanos somo de madera fina, siempre listos para remontar la ola.