Miles de trabajadores y pensionados de Venezuela se movilizaron el pasado 9 de enero en Caracas y en al menos 15 estados del país para exigir salarios y pensiones dignas.
Los manifestantes, que se concentraron frente al Ministerio Público en la capital venezolana, denunciaron que el salario mínimo, fijado en 130 bolívares soberanos (unos 7 dólares), es insuficiente para cubrir las necesidades básicas de una familia.
«Exigimos un salario digno que nos permita vivir con dignidad», dijo a Efe el dirigente sindical Freddy Guevara, quien participó en la protesta. «No vamos a parar hasta que el gobierno nos escuche y nos dé respuesta».
Los manifestantes también exigieron que las pensiones sean dolarizadas y equiparadas al costo de la canasta básica, que supera los 500 dólares mensuales.
«Nuestras pensiones no alcanzan para nada», dijo a Efe una jubilada que participó en la protesta. «No podemos comprar comida, medicinas ni pagar los servicios».
La movilización de este martes es la más reciente de una serie de protestas que los trabajadores y pensionados han realizado en los últimos meses para exigir mejores condiciones de vida.
El gobierno de Nicolás Maduro ha respondido a estas protestas con represión, encarcelando a varios líderes sindicales.
La crisis económica que atraviesa Venezuela ha llevado a un deterioro significativo de las condiciones laborales y de vida de la población. La inflación, que se estima en 700% anual, ha erosionado el poder adquisitivo de los salarios y pensiones.