2018: un año lleno de carestía y pesimismo

A través del año que termina, los venezolanos han bandeado una situación cada vez más desesperada

Desde el 25 de diciembre, Venezuela se ve acosada por la persistente escasez de gasolina, atascando el tráfico y enfureciendo a los residentes en el país afectado con otros desastres justo antes de la última semana de este 2018, pero no ha sido lo peor del año, plagado de carencias, escasez y fallas catastróficas, que no se han podido superar.

Tan sólo esta semana las estaciones de servicio cerradas y largas filas de vehículos mostraban a conductores intentando llenar sus tanques antes de que comenzara la última semana de este año en Venezuela y por segunda semana consecutiva, los bocinazos de autos se arrastraban a lo largo de muchas de las principales arterias y en las principales ciudades.

Sentada en la cima de incluso más petróleo que Arabia Saudita, Venezuela ha vendido durante mucho tiempo la gasolina más barata del mundo, costando menos de un centavo llenar un tanque, pero años de mala gestión, un bloqueo económico iniciado por los Estados Unidos, junto con la fuerte subida desde 2014 de los precios de los productos básicos, arrojaron a la nación socialista a una caída económica marcada por la creciente escasez de alimentos, la hiperinflación y un colapso en los servicios públicos.

Desde enero de este año el país se ha visto envuelto en un estado impactante, desde recurrentes fallas de energía que en oportunidades duraron más de 72 horas, hasta explosiones en instalaciones del sistema eléctrico, los venezolanos han recorrido el 2018, a oscuras y en la penumbra calurosa de la incertidumbre.

Poco antes de la elección presidencial el domingo 20 de mayo, el país ya estaba sufriendo de los embates de la hiperinflación descontrolada, y a pesar de los planes del gobierno por frenar, el contrabando de extracción y la subida indiscriminada de los precios, con programas de asistencia como los Clap y el aumento consecutivo del sueldo mínimo, los nacionales nunca pudieron alcanzar a la inflación y vieron como sus sueldos y ahorros se consumían sólo para comprar algo de comida.

Venezuela 2018.
El país produce cada vez menos petróleo, comprometiendo aún más las finanzas internas, limitando las importaciones e imponiendo sacrificios al aparato productivo y con ello a la población.

El 2018 ha sido el peor año que los venezolanos han vivido en los últimas 6 décadas

Debido a las fallas eléctricas y al robo de las líneas de comunicación, cables de fibra óptica, líneas de transmisión y centrales de comunicación, la compañía nacional teléfonos de Venezuela, CANTV, colapsó definitivamente y con ella las telecomunicaciones en todo el territorio, lo que conllevó al desplome de la banca nacional pública y privada.

Esta situación enrareció más el ambiente de la desaparición forzada del efectivo y finalmente causó la reconversión monetaria en la cual el Bolívar Fuerte, perdió 5 ceros de su valor y se transformó en Bolívar Soberano, situación que nunca cambió la necesidad del efectivo y las transacciones bancarias.

Y entonces se introdujo el Petro, una criptomoneda que poco logró hacer para esquivar el cerco económico de las sanciones norteamericanas a las cuales ya se habrían unido Canadá y la Unión Europea, más tarde se instauraron el ahorro en Petros y el ahorro en Oro, para generar movilidad en las criptodivisas e inyectar algo de capital a la economía, pero eso tampoco arrojó los resultados esperados.

Luego de la complicada elección presidencial, en la cual se eligió de dudosa manera al presidente Nicolás Maduro a un nuevo período, los problemas continuaron en caída libre y para el último trimestre del año, ni siquiera los constantes bonos que el presidente entregó a través del Carnet de la Patria, un nuevo sistema de identificación instaurado para corregir los errores y la desbocada corrupción en la distribución de alimentos y entrega de ayudas, los ciudadanos no lograron recomponer su desbastada economía.

Desde mediados de año el suministro de agua potable, también sucumbió a las fallas de energía y la falta de mantenimiento, quedando casi la totalidad del país sin servicio de agua domestico y desatando un desmedido encarecimiento del agua potable, en manos de mercenarios del servicio, que para finales de este 2018 alcanzó niveles astronómicos, dejando a más del 70% del país a merced de ríos y quebradas.

El bloqueo económico y la mal gestión, no sólo han desatado miles de males dentro de Venezuela durante este 2018, sino que han dado al traste con la compañía estatal petrolera, PDVSA, que se ha visto envuelta en un sinnúmero de accidentes, entre ellos el default internacional y ha llegado a malograrse en la entrega de crudo al exterior, bajando su producción a poco más de la mitad de lo que enarbolaba en años anteriores.

El deterioro de la industria más importante del país, no sólo a descalabrado su situación con los clientes internacionales, sino que también ha dejado a los venezolanos sin gasolina y sin derivados y ha puesto en riesgo los bienes que la compañía posee en el exterior y que son su más grande fuente de ingresos.

Definitivamente es cierto que el suelo venezolano está repleto de valientes, es sin duda, como dice el himno nacional un “Bravo Pueblo”, que ha soportado este 2018 de pie, a pesar del éxodo que más de 4 millones ha emprendido, los más de 23 millones que aún permanecen han sabido reinventarse una y otra ves y ya ven que han alcanzado el final de este duro y terrible 2018 y permanecen estoicos y prestos a seguir luchando.

Fuente
ElPitazo

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