2019 un año de promesas rotas

Los venezolanos han sido profundamente defraudados en este año que termina. El resultado final son sólo promesas rotas y desesperanza.

La dirigencia política venezolana, enfrascada en una guerra de poder sólo ha dado como frutos promesas rotas y desesperanza.

Tanto el gobierno bolivariano como la oposición han planteado sus visiones de un «país posible», en el que la sociedad viva pacífica y prosperamente.

En un país polarizado y dividido por ideologías como Venezuela, ambos grupos proponen una verdad absoluta.

Mientras Nicolás Maduro ofrece el milagro económico bolivariano, Juan Guaidó ofrece el cese de un régimen corrupto, que ha llevado a Venezuela a la ruina.

Ambos ofrecen el cese de la corrupción, claro, de la producida por el otro bando. Ninguno admite los errores cometidos, ninguno reconoce las virtudes del otro.

La peor de las promesas rotas de este año 2019 fue la ruptura de la mesa de diálogo establecida a mediados de año. Desde el principio, por parte de ambas partes se evidenció la predisposición y rechazo por ambas partes.

Mientras el país se devasta en medio de la crisis económica y social, perdiendo el valioso capital humano en la diáspora, ofreciendo a otros países nuestros profesionales y técnicos en bandeja de plata, después de haber invertido en su educación y formación.

Hace falta más que un plan país esbozado en papel o paños de agua caliente en forma de bonos, si el país no se unifica para salir adelante mediante el trabajo conjunto, con oportunidad para todos y resultados que beneficien a la población en general.

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