El presidente colombiano, Gustavo Petro, se reunió con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el jueves, mientras los dos países buscan enfrentar temas como el cambio climático, la migración y la política de drogas.
En una declaración a la prensa, Petro pidió a las economías de las Américas que se alejen de su dependencia del petróleo, el carbón y el gas, reiterando una parte fundamental de su plataforma de energía limpia.
«Tenemos el mayor potencial para la democracia y la libertad en las Américas, así como el mayor potencial para las energías verdes», dijo.
Biden, por su parte, se hizo eco del llamado de Petro a una mayor cooperación entre sus dos países, particularmente cuando Estados Unidos y Colombia trabajaron juntos para combatir el narcotráfico internacional. También elogió a Petro por su plataforma de «paz total».
«Realmente quiero agradecerles por su franco y fuerte compromiso con la paz y los derechos humanos», dijo Biden.
En una conferencia de prensa el jueves, el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, enmarcó la relación entre Estados Unidos y Colombia como una «verdadera asociación», pero también una cuestión de defensa interna.
«El futuro de Colombia y Colombia, su seguridad, su prosperidad, sigue siendo un interés de seguridad nacional de Estados Unidos, y durante la conversación de hoy, el presidente Biden y el presidente Petro continuarán avanzando en estos y muchos otros temas», dijo Kirby a los periodistas.
Más temprano en el día, Petro publicó una foto de su reunión con los legisladores demócratas Nancy Pelosi y Jim McGovern, llamándolos «grandes amigos».
El vecino de Colombia, Venezuela, fue uno de los temas abordados en las discusiones del jueves, ya que el país sudamericano continúa enfrentando una crisis económica e inestabilidad política.
Ampliamente considerado el primer presidente izquierdista de Colombia, Petro se ha movido para restablecer las relaciones con Venezuela después de años de tensiones bajo administraciones anteriores. Anteriormente ha pedido a Estados Unidos que alivie las sanciones contra Venezuela, citando su problemática economía.
Frente a los periodistas en la Oficina Oval, Biden elogió al gobierno de Petro por aceptar solicitantes de asilo que cruzan de Venezuela a Colombia.
Millones de venezolanos han abandonado el país en busca de oportunidades económicas en otros lugares. Washington y Bogotá llegaron a un acuerdo la semana pasada acordando colaborar en un esfuerzo para tomar medidas enérgicas contra la migración irregular a través del Tapón del Darién, conectando a Colombia con su vecino del norte, Panamá.
Estados Unidos actualmente no reconoce al gobierno socialista del presidente venezolano Nicolás Maduro. En una declaración a los periodistas después de su visita a la Casa Blanca, Petro dijo que se propuso una «estrategia» que podría levantar las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela si «se cumple una agenda electoral».
Más temprano en el día, Kirby dijo que Estados Unidos estaba dispuesto a reevaluar su política hacia Venezuela si había «pasos constructivos por parte del régimen de Maduro» para «regresar a una democracia» en el país.
«Creo que también hemos sido muy, muy claros en que no tenemos miedo de tomar medidas si el régimen de Maduro no negocia de buena fe o no cumple con sus compromisos», agregó Kirby.
La cuestión de cómo abordar la violencia y el narcotráfico también ha cobrado gran importancia en las conversaciones del jueves entre Biden y su homólogo colombiano.
Petro asumió el cargo en agosto de 2022, después de hacer campaña en una plataforma que prometía un nuevo enfoque para abordar el conflicto interno de décadas del país, que ha enfrentado a las fuerzas gubernamentales contra grupos de extrema derecha, fuerzas de izquierda y cárteles de la droga.
Su gobierno ha prometido conversaciones de paz y negociaciones con los grupos armados, con la esperanza de poner fin al conflicto.
Un informe de junio de la Comisión de la Verdad de Colombia había sido muy crítico con el enfoque militarizado de las administraciones anteriores para combatir la fabricación y el tráfico de drogas, que la comisión acusó de prolongar el conflicto y conducir a abusos contra los derechos humanos. Se estima que más de 450.000 personas han muerto en los combates.
Colombia ha seguido siendo el mayor productor mundial de cocaína, pero se ha asociado con Estados Unidos en su «guerra contra las drogas» global, una campaña de intervención militar y ayuda para acabar con el tráfico de drogas.
A principios de la década de 2000, Estados Unidos invirtió millones de dólares en la nación sudamericana como parte de una controvertida iniciativa llamada «Plan Colombia», diseñada para atacar a grupos con vínculos con el tráfico de drogas.
Pero en un discurso ante las Naciones Unidas el año pasado, Petro pidió a los líderes mundiales que reconozcan que «la guerra contra las drogas ha fracasado». También anunció en enero que Colombia ya no se enfocaría en erradicar las plantaciones de coca.
Sin embargo, los planes de Petro para la «paz total» en Colombia han enfrentado desafíos. A pesar de las negociaciones en curso con los grupos delictivos organizados y los rebeldes restantes, la violencia interna del país ha continuado. A fines de marzo, por ejemplo, un ataque presuntamente llevado a cabo por el grupo rebelde izquierdista ELN mató a nueve soldados colombianos en un golpe a las conversaciones de paz.
Pero un informe publicado en marzo por la Cruz Roja encontró que los combates en general entre el gobierno y los grupos armados habían disminuido. Acogió con satisfacción los esfuerzos de Petro por promover las negociaciones.
Sin embargo, el informe también concluyó que la violencia ha seguido dañando a civiles, desplazando a más de 180.000 personas en 2022.