El número de personas que en su trayecto hacia Estados Unidos cruzaron el Tapón del Darién, la peligrosa selva pantanosa en la frontera entre Colombia y Panamá, está a punto de superar las 500.000 en lo que va de 2023.
La organización Médicos sin Fronteras (MSF) alertó de que la presencia de este flujo migratorio en Tapón del Darién en 2023 se trata de una «cifra sin precedentes», que supera con creces las 248.000 personas de 2022, las 133.000 de 2021 y las 6.500 de 2020.
El coordinador general de MSF para Colombia y Panamá, Luis Eguiluz, detalló que la cifra «equivale a más del 11 % de la población de Panamá» y denunció que «no se ha volcado la suficiente atención global ni regional».
Eguiluz lamentó que no se hayan garantizado «rutas seguras a los migrantes, ni suficientes recursos para las organizaciones que los atienden».
Esta es una región selvática de más de 570.000 kilómetros cuadrados, con una densa vegetación y una fauna peligrosa. El trayecto a través de esta selva es muy peligroso, y los migrantes se enfrentan a amenazas como la delincuencia, la violencia, las enfermedades. También las condiciones climáticas extremas.
En los últimos años, el número de migrantes que cruzan el Tapón del Darién ha aumentado de manera constante. Esto se debe a una serie de factores, como la inestabilidad política y económica en América Latina, la crisis humanitaria en Venezuela y las políticas migratorias restrictivas de Estados Unidos.
La situación que se presenta es una crisis humanitaria que requiere una respuesta urgente por parte de la comunidad internacional. Es necesario garantizar rutas seguras para los migrantes y proporcionarles la asistencia que necesitan para realizar su viaje de manera segura.
Graves cifras de violencia
La violencia sexual es una realidad generalizada para las mujeres y niñas que cruzan la peligrosa selva pantanosa en la frontera entre Colombia y Panamá, en su trayecto hacia Estados Unidos.
La organización Médicos sin Fronteras (MSF) ha atendido este año a 397 supervivientes de violencia sexual en Panamá, incluidos niños. De ellos, 382 eran mujeres y 15 niños. El 95 % de las víctimas eran mujeres.
«La violencia sexual es una grave violación de los derechos humanos que puede tener consecuencias devastadoras para las víctimas». Así lo señala el coordinador general de MSF para Colombia y Panamá, Luis Eguiluz. «Es importante que se tomen medidas para proteger a las mujeres y niñas que cruzan el Tapón del Darién».
Según los testimonios recogidos por MSF, la violencia sexual se produce en todo el trayecto a través de la selva, desde los primeros pasos en Colombia hasta la llegada a Panamá. Los agresores suelen ser hombres armados que operan en grupos.
«La violencia sexual se produce delante de otros migrantes o en tiendas de campaña montadas a tal efecto», explica Eguiluz. «En algunos casos, las víctimas son violadas en grupo».
Quienes intentan defender a las víctimas también son objeto de violencia, en algunos casos, asesinados.
«La violencia sexual en el Tapón del Darién es una crisis humanitaria que requiere una respuesta urgente», afirma Eguiluz. «Es necesario garantizar rutas seguras para las mujeres y niñas migrantes y proporcionarles la asistencia que necesitan para realizar su viaje de manera segura».
La violencia sexual es un delito grave que tiene un impacto profundo en las víctimas. Puede causarles graves daños físicos y psicológicos, y puede tener consecuencias a largo plazo para su salud física y mental.
Las mujeres y niñas que sufren violencia sexual a menudo se sienten avergonzadas y culpables, y pueden tener dificultades para hablar de lo que les ha sucedido. Esto puede dificultar la obtención de la ayuda que necesitan.
Es importante que las mujeres y niñas que han sufrido violencia sexual reciban apoyo y asistencia. Esto incluye atención médica, apoyo psicológico y asesoramiento legal.