Clíver Alcalá se entregó entregado a la Administración Antidrogas de Estados Unidos, luego de ser acusado por fiscales federales estadounidenses y de que establecieran una recompensa de 10 millones de dólares por su captura.
El pasado viernes, Clíver Alcalá Cordones, ex general de división del Ejército venezolano, se entregó a la Dirección Nacional de Inteligencia de Colombia en Bogotá y ahora está bajo la custodia de la DEA de los Estados Unidos.
Alcalá dejó su cargo en las fuerzas armadas de Venezuela en 2013. Los fiscales federales estadounidenses alegaron que había sido «un líder y gerente del Cártel de los Soles», la presunta red de contrabando de drogas dentro del gobierno venezolano que el gobierno de Estados Unidos ha afirmado que manejan los líderes del gobierno bolivariano a los que señalan como «narcoterroristas».
Alcalá y otros 13 venezolanos, fueron acusados en el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York el jueves por cargos de narcoterrorismo y el Departamento de Estado le impuso una recompensa de 10 millones de dólares.
Por cierto, Alcalá ya estaba en los titulares esta semana: cuando las autoridades colombianas se apoderaron de un cargamento de armas el miércoles, Alcalá admitió que había estado planeando un golpe de Estado contra el presidente venezolano Nicolás Maduro en nombre del autoproclamado presidente interino Juan Guaido, quien está respaldado tanto por Washington como por Bogotá y cuyo apoyo en Venezuela ha decaído.
Los cargos del Departamento de Justicia de los Estados Unidos afirman que en 2008, Alcalá ayudó a proporcionar apoyo a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un grupo de milicianos comunistas en rebelión contra el gobierno colombiano y que desempeña un papel en el cultivo de coca, utilizada para fabricar cocaína.
Maduro también fue uno de los acusados. Lo que ocasionó respuestas de rechazo por parte de los integrantes de las altas esferas del gobierno bolivariano. El ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, dijo que las acusaciones son «desesperadas».
«La DEA ha sido el actor internacional clave en la protección de la producción y procesamiento de drogas en Colombia y el garante y vigilante de su traslado a la mente de los jóvenes en los Estados Unidos», dijo Arreaza.
La Unión Europea, que también apoya a Guaidó y respaldó las acusaciones estadounidenses el jueves, con la portavoz de Asuntos Exteriores de EU Virginie Battu-Henriksson calificándolas de «medidas progresivas de presión en el contexto de la crisis política en Venezuela».
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