La Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) abogó hoy por fortalecer las negociaciones entre el gobierno de Nicolás Maduro y las fuerzas democráticas tras destacar que la «crisis política, social y económica profunda» continua, y pone en «entredicho» el modelo socialista de la llamada revolución bolivariana.
«Seguimos convencidos que el camino a transitar es el de las negociaciones verdaderas y sinceras para la obtención de acuerdos entre los poderes del Estado y las fuerzas sociales democráticas», expresaron los obispos al concluir la 119 Asamblea Plenaria del Episcopado Venezolano.
Al difundir la Exhortación Pastoral anual, indicaron que ese camino debe llevar a la ayuda humanitaria, la liberación de los presos políticos, el funcionamiento constitucional de los poderes públicos, la rehabilitación de los partidos políticos, la consecución de mayores y mejores garantías electorales, junto con la observación internacional plural e imparcial de las próximas elecciones, previstas para el 2024.
«La voluntad de no ceder, para no aparecer débil, así como la falta de escucha mutua y la pretensión de ser solamente uno mismo la medida de la justicia, bloquean el diálogo, las soluciones y el desarrollo estable y pacífico que requiere la nación», alertaron.
Asimismo, advirtieron que el país «continúa viviendo una crisis política, social y económica profunda» que «pone en entredicho el modelo de gestión que por más de veinte años ha guiado los destinos de la nación».
«Emergen nuevas élites económicas en zonas de Caracas y, en menor medida, de algunas otras ciudades, muestran lo que se ha llamado una «burbuja», como resultado de una suerte de «capitalismo socialista salvaje», expresaron.
Indicaron que esta situación que «contrasta y resulta ofensiva para quienes, como nuestros educadores, personal de salud, obreros, trabajadores informales y pensionados, intentan subsistir con unos ingresos paupérrimos, y que hace que la brecha de desigualdad sea cada vez más escandalosa».
«Con una de las inflaciones más altas del mundo y una moneda nacional en continua devaluación, el día a día de los venezolanos resulta cada vez más complicado. Esta situación ha obligado ya a más de 7 millones de personas a salir del país», fustigaron.
Además, consideraron que «nuestros problemas son estructurales» y que «nuestra sociedad está paralizada por la inercia y la resignación, por la desesperanza, por la experiencia acumulada de múltiples carencias, contradicciones reiteradas, violaciones impunes de derechos fundamentales, mentiras flagrantes, y promesas incumplidas».
En este sentido expresaron que «como pastores, una vez más, queremos renovar la urgencia de la búsqueda de una unidad nacional mayor que logre la reinstitucionalización democrática del país, recuperando ese terreno de encuentro común que debe ser el texto y el espíritu de la Constitución nacional».
Asimismo, resaltaron que Venezuela requiere «la responsabilidad de cada uno, la convocatoria de las mejores voluntades y talentos» para su reconstrucción.
«No nos quedemos inmóviles, esperando a que las cosas las arreglen otros o mejoren por sí mismas. Tenemos que levantarnos, confiados en la ayuda de Dios, y con valentía arriesgarnos unidos a construir un mejor país», precisó la Conferencia Episcopal de Venezuela.