El mayor milagro de José Gregorio Hernández

Podríamos decir que cada devoto de José Gregorio Hernández tiene más de un milagro que agradecerle. En cada familia, abuelos, padres y nietos comparten las historias de aquellos momentos en los que la salud de un ser querido se ha quebrantado y mejorado de maneras que la ciencia no puede explicar.

Hace más de dos décadas, una médica pediatra compartió un medicamento entre dos pequeños pacientes con el mismo cuadro. En el caso de uno de los pequeños pacientes, sus padres no poseían los recursos para comprarlas y en el otro si. La inyección en cuestión alcanzaba para ser aplicada entre los dos infantes y de no ser usada la segunda mitad, sería desechada. La médica dijo «que se lo atribuyan al Dr. José Gregorio Hernández», aplicó el medicamento y no dejó registro.

Una de las estampas más conocidas entre los devotos del Dr. José Gregorio Hernández

Aquí el concepto de milagro puede estrecharse, pero esa médica compasiva inspirada por el ahora Beato estuvo en el momento exacto para ayudar al pequeño más necesitado y los recursos llegaron a sus manos. Si esto no es un milagro, no pordría explicarse de otra forma. Dios actúa de maneas misteriosas.

«Si en el mundo hay buenos y malos, los malos lo son porque ellos mismos se han hecho malos: pero los buenos no lo son sino con la ayuda de Dios» 27 Mayo de 1914

José Gregorio Hernández

Otra historia que involucra la intercesión y la fe hacia el médico de los venezolanos ocurrió luego de una operación a corazón abierto. La hija del paciente había puesto en las manos de José Gregorio Hernández el cuidado de su padre. En oración le pedía que no se alejase del lado del paciente, que debía pasar la noche en la unidad de cuidados intensivos. A la primera hora de la mañana, al acercarse al área de cuidados intensivos, el médico de guardia atendió a la devota hija y al saludarla le dio las buenas noticias sobre el estado del paciente diciéndole «Estuve toda la noche vigilándole. Mucho gusto, mi nombre es José Gregorio Hernández».

Un milagro incommensurable

La beatificación del venerable, según la Iglesia católica, pero Santo para los venezolanos es un motivo de gran júbilo. La causa para su canonización oficial continúa, por lo que siguen abiertos a testimonios como el de Yaxuri Solórzano Ortega.

La niña en el año 2017 tras recibir un disparo en la cabeza, salió sana y en completo uso de sus facultades, luego que los neurocirujanos pronosticaban graves consecuencias tras la herida en su cerebro.

Venezuela atraviesa por una crisis profunda, con la destrucción de todas instituciones y sistemas, entre ellos el de la salud. Esta situación se agrava con la pandemia del covid-19, que en medio de la situación, planteaba un futuro por demás ominoso.

Por supuesto, el virus llegó al país y ha cobrado numerosas vidas y ha afectado a cientos de miles de personas. Sin embargo en comparación a lo que ha ocurrido en paises como Brasil, Ecuador o La India, en los que la cantidad de contagiados y fallecidos sobrepasó la capacidad operativa del sistema sanitario, las estadísticas nacionales no son tan dantescas.

Un escenario similar era casi la crónica de una muerte anunciada para los venezolanos. Por supuesto, no podemos minimizar el impacto de la pandemia, ni el sufrimiento de los afectados. Enfermarse en este país impone un viacrucis, con un sistema de salud destruido. El costo de los medicamentos y su escasez son el obstáculo a vencer.

Este es el milagro más grande de José Gregorio Hernández, grande en tamaño. Son millones de venezolanos los que mediante su intercesión ante el Padre Celestial han sido salvos del contagio y de la muerte por coronavirus.

Son los más necesitados, sin recursos económicos los que claman al Médico de los pobres y solo su amorosa protección es la respuesta, opuesta al silencio y negligencia de los líderes del país.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
error: