Al menos 66 ciudadanos italianos cumplen condena en el sistema penitenciario de Venezuela y otros 54 en el brasileño, según datos publicados por la Organización Sindical Autónoma de la Policía Penitenciaria del país europeo (OSAPP).
Alrededor de 2.600 ciudadanos italianos están encarcelados en prisiones en el extranjero, más del 80% en Europa.
Alemania lidera el ranking de reclusos italianos, con 1.079, seguida de España (458), Francia (231), Bélgica (202) y Reino Unido (192).
«En Estados Unidos encontramos 91 compatriotas arrestados; en Venezuela, 66; en Perú, 58; en Brasil, 54; en Colombia, 30», dijo Aldo Di Giacomo, subsecretario de OSAPP.
Según él, es necesario crear una «mesa interministerial» para discutir la posibilidad de que los presos italianos sean repatriados para cumplir sus penas en su país, pero sin olvidar la «superpoblación de los institutos penitenciarios» en Italia.
«La cuestión se vuelve aún más compleja debido a la ausencia casi total de tratados entre Italia y países fuera de la UE», añadió Di Giacomo.
La compleja situación carcelaria en Venezuela
La situación del sistema penitenciario de Venezuela ha sido un tema preocupante durante muchos años.
- En 2022, más de 100 personas fallecieron en las cárceles venezolanas, según un reporte preliminar de la organización Una Ventana a la Libertad (UVL). Además, se reportaron al menos 309 presos políticos durante ese año.
- La principal causa de muerte en las cárceles sigue siendo la tuberculosis y otras enfermedades originadas en estos centros. La desnutrición y el VIH también contribuyen a las altas tasas de mortalidad.
- Las condiciones de insalubridad y hacinamiento persisten en las cárceles. Los privados de libertad enfrentan dificultades como la falta de baños, alimentación inadecuada y escasa atención médica. Además, existe una sobrepoblación en los centros de detención preventiva.
- El retardo procesal es otro problema latente en Venezuela. Muchos prisioneros no son procesados adecuadamente, lo que provoca que los centros de detención superen su capacidad. A pesar de las promesas de mejora, la situación no ha cambiado significativamente.
- Es fundamental reconocer que los derechos humanos de las personas privadas de libertad también deben ser respetados. Aunque el derecho al voto y al libre tránsito está restringido para los reclusos, es crucial abogar por mejores condiciones y una gestión más efectiva en las cárceles venezolanas.