En Venezuela, se sirve la justicia a la carta, a conveniencia de los privilegiados y en detrimento de quienes no tienen defensores poderosos.
Justicia a la carta para pocos, aquellos que tienen la ventaja y las conexiones necesarias para evadir las acusaciones y causas en su contra. Esa es la Venezuela tras la revolución socialista del siglo 21.
Uno de los más relevantes casos es el de los Papeles de Panamá, en el que saltaron a la palestra nombres como: Adrián José Velasquez Figueroa y su esposa Claudia Patricia Díaz Guillén, Jesús Villanueva y Víctor Cruz Weffer y Eudomario Carruyo, este último asociado al escándalo sin verdaderas pruebas o implicaciones
Entre otros de los nombres más conocidos en este caso está el de Rafael Ramírez, expresidente de PDVSA; Luis Carlos León Pérez, exdirector de Finanzas de Electricidad de Caracas; Francisco Antonio Jiménez expresidente de Bariven; Nervis Villalobos, exministro de Energía y Petróleo de Chávez; Luis Parada, exgerente de PDVSA, Diego Salazar, Javier Alvarado Ochoa y algunos otros ex gerentes que fueron investigados y algunos otros que aún siguen bajo la lupa de la ley y hasta Julia Van Den Brule, jefa de la filial ibérica de nuestra petrolera.
Cada uno de ellos tiene su expediente en la justicia venezolana, tratado de manera particular, todos sin conclusión o dictamen.
Cada uno ha utilizado estrategias particulares para salir ileso de las acusaciones, mientras miles de millones de dólares pertenecientes a los venezolanos, están depositados en paraísos fiscales, con pocas probabilidades de ser repatriados.
Las cortinas de humo
Las estrategias más comunes para ocultarse a simple vista, es la creación de nuevos escándalos que sirven como cortinas de humo. Así las Fake News están a la Orden del día, sirviendo a los propósitos de aquellos que desean salir ilesos con su botín intacto.
Así entremezclados los justos y los pecadores, queda en el aire la correcta aplicación de la justicia, que debería ser igual para todos, tal como expone el gobierno bolivariano debería ocurrir.
Mucho se ha publicado en la red de medios bolivarianos sobre los avances en el combate de la corrupción. Ninguno de esos casos afecta a los grandes jefes asociados al régimen.
En estos casos sólo se señalan y enjuician quienes no están en la camarilla del poder. Se trata de la creación de chivos expiatorios, el truco más antiguo del libro.
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