Con el arribo de los buques iraníes a puerto venezolano, el gobierno bolivariano parece tener un respiro, pero la gasolina prometida puede tener el destino de todas sus «buenas intenciones».
Dado el alto índice de corrupción que reina en el país, aunado a la restricción de circulación debido al distanciamiento social debido a la pandemia del coronavirus, se integran los elementos para una tormenta perfecta que dejará a los venezolanos en la misma situación de carencia y exclusión en la que actualmente se encuentran sumidos.
El gobierno bolivariano ha anunciado ampliamente la llegada de estos barcos cargados con gasolina, ha agradecido de la misma forma al gobierno iraní el apoyo en este momento en el que la presión del gobierno norteamericano ha hecho mella en la situación del país.
Las colas en las gasolineras siguen largas y aglomeradas, generando riesgo de contagio. En este momento solo las personas que obtienen un salvoconducto debido a condiciones especiales pueden obtener entre 20 y 30 litros. Para obtenerla pueden tardar desde una semana para acceder al combustible.
Los médicos y servidores públicos tienen prioridad para acceder al servicio de combustible y sin embargo hay múltiples quejas al respecto.
La desconfianza generalizada ante las acciones del gobierno bolivariano también se reflejaron en la opinión de muchos usuarios de las redes sociales.
Jesús Quijada. escribió en Twitter: «Soñé que me quitaban DirecTV, que no salía agua del chorro y que todos los días me quedaba sin servicio eléctrico por 4 horas, que no había gasolina para llenar el tanque de mi carro y que una pandemia me impedía salir a trabajar. Luego desperté y vi que era mi vida real. . .»
Si el gobierno bolivariano se esfuerza por que la gasolina prometida llegue a todos los venezolanos, se necesitará la desconfiguración de las mafias que están muy fortalecidas por la situación caótica y reforzada por la impunidad y la complicidad de aquellas fuerzas que deberían estar protegiendo a la gente, en lugar de depredarla.
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