Estados Unidos amenaza a Nicolás Maduro con el uso de fuerza bélica si no se rinde ante las demandas de abandonar el poder. Con esta estrategia la potencia norteamericana pone la política sobre la vida en medio de la pandemia.
Maduro ha señalado con insistencia que la situación de deterioro de Venezuela se debe a las sanciones impuestas por el departamento del tesoro norteamericano, mientras que el Estado norteamericano desconoce la legitimidad del líder del gobierno bolivariano.
En el pulseo de poder se ha incrementado en estos días, tras nuevas acciones de presión norteamericanas en contra de Maduro. Recientemente el impase del hundimiento del buque «Naiguata» de la Armada delata una escarceo de cara al público que no tendrá mayores consecuencias.
Un evento de esta clase debería tener repercusiones políticas de impacto internacional, sin embargo quedó en un agravio sin consecuencias.
Las promesas de nuevas acciones del gobierno norteamericano y el planteamiento de nombrar de nombrar un gobierno de transición que llame a elecciones presidenciales libres en Venezuela como condición para levantar las sanciones estadounidenses, parecen fuera de orden, en medio de la situación que aqueja al mundo, con la pandemia del coronavirus.
La vulnerabilidad del sistema de salud de Venezuela, la situación comprometida de la satisfacción de las necesidades se agrava con la cuarentena y el cierre de las pocas entidades comerciales e industriales que intentan sobrevivir la crisis venezolana.
Sólo es en este momento que Nicolás Maduro ha conseguido dentro del concierto de voces internacionales.
Hilal Elver, relatora especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación expresó en un comunicado d el a organización que «La imposición continua de sanciones económicas paralizantes sobre Siria, Venezuela, Irán, Cuba y, en menor grado, Zimbabue, por nombrar los casos más destacados, socava gravemente el derecho fundamental de los ciudadanos comunes a una alimentación suficiente y adecuada».
Cuando los gobiernos no se centran en el bienestar de la gente y ven las cifras sin caer en cuenta que son seres humanos, sopesando la política sobre el bien común en medio de una crisis como esta, sólo se puede esperar que el resultado sea un oscuro capítulo en la historia humana. Sólo hay que esperar el registro para la posteridad, que será heredado según la óptica de quien lo imponga.
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