El peso colombiano pierde paridad con el dólar norteamericano, que volvió este viernes a cerrar en cifras históricas con un precio promedio de 4.913 pesos, lo que representó un alza de 28 pesos respecto de la Tasa Representativa del Mercado (TMR) que se situó para hoy en 4.885 pesos, hasta hace unas horas considera la más alta en la historia del país.
La jornada abrió con un dólar en 4.930 pesos, lo que presagiaba una fuerte devaluación de la moneda local, que incluso llegó a tener durante el día un máximo de 4.958 pesos, según los datos registrados hoy por el Banco de la República.
En la mañana, en medio de la volatilidad del mercado cambiario el presidente, Gustavo Petro, sobre quien apuntan parte de los señalamientos de la responsabilidad de la depreciación del peso, dijo en un mensaje de Twitter que no era cierta la versión de que la moneda local era la más devaluada en el ámbito global.
«Esta es la devaluación mundial de las monedas frente al dólar para su información. ¿Le han dicho que el peso colombiano es la moneda más devaluada del mundo? Le han mentido», escribió el mandatario, junto a un listado de países y sus monedas frente al dólar.
En lo que va del año la devaluación del peso es del 22,72%, pero se ha acelerado en los dos últimos meses por razones tanto externas, como por circunstancias internas.
Uno de esos factores tiene que ver con la advertencia hecha por el Fondo Monetario Internacional (FMI) de la inminente recesión económica con América Latina como lugar donde el impacto se sentiría con fuerza, mientras los inversionistas dudan dónde poner su dinero.
El otro argumento externo es el incremento del precio internacional del petróleo, tras la decisión de los países productores de reducir la producción, a lo que se añade el efecto global que produce en el mercado la guerra de Ucrania y Rusia.
Una razón más es la decisión de la Reserva Federal de elevar sus tasas de interés para salirle al paso a la inflación en Estados Unidos, lo que aviva la llegada a ese país de los llamados «capitales golondrina», que se mueven donde mejor rentabilidad puedan obtener.
Finalmente, la situación económica del vecino país y la afectación negativa del Peso colombiano, es el factor Petro y sus mensajes temerosos de ejercer control a los capitales para controlar la inflación, acompañado del discurso dubitativo sobre la exploración petrolera.
Entre el jueves y hoy el Presidente ha reiterado en Twitter que su gobierno no va a cerrar la exploración de hidrocarburos y carbón, sin declinar a la idea de conducir al país hacia una transición energética, que cada vez se ve más lejana.
Todo esto ocurre en momentos en que el gobierno se juega a fondo para lograr la aprobación en el Legislativo de una reforma tributaria ambiciosa, de al menos 20 billones de pesos (una cifra superior a los 4 mil millones de dólares), pero se ha encontrado con la oposición del gremio de los industriales, cuyos reclamos han tenido eco en partidos tradicionales.
Frente a este panorama la voz que ha llamado a la calma ha sido la del ministro Hacienda, José Antonio Campo, quien ha desestimado la posibilidad de ejercer controles a los capitales, destacado la decisión de respetar los contratos energéticos y receptivo frente a los reclamos de los industriales frente a la reforma.
Para Ocampo, un respetado economista regional, hay una «sobrerreacción de los mercados» frente a los dichos del gobierno y sostuvo que la «solidez para los inversionista en este país es total».