Estados Unidos, Colombia y las «políticas antidrogas fallidas»
El gobierno de Venezuela acusó el jueves a Estados Unidos y Colombia de haberse unido contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro en un intento abusivo por desviar la atención y una cortina de humo para sus «políticas antidrogas fallidas», que sólo han creado más hambre y miseria en el país neogranadino.
El secretario de estado estadounidense, Mike Pompeo, se reunió con el presidente de Colombia, Iván Duque, el miércoles en Cartagena de Indias, luego de lo cual prometieron «ayudar a los venezolanos a recuperar su herencia democrática» y «rechazar la dictadura venezolana».
En una declaración del ministerio de relaciones exteriores de Venezuela se escribió que la «retórica anti venezolana» que ha venido aplicando la secretaría de estado norteamericana, fue diseñada para «distraer a la opinión pública del fracaso rotundo» de las políticas antidrogas de los dos países.
Reunidos en la ciudad caribeña de Cartagena, Pompeo y Duque discutieron cómo «restaurar la democracia y el orden constitucional» en Venezuela, donde Maduro debe comenzar su segundo mandato presidencial el 10 de enero.
Una cortina de humo sobre problemas más graves
Caracas respondió criticando eso como una «posición intervencionista» diseñada para «subyugar y violar la soberanía y la autodeterminación del pueblo venezolano» y como una manera de lanzar un pote de humo hacia un gobierno legítimamente institucionalizado.
Maduro ganó la elección en 2018 que fue calificada de fraude por los Estados Unidos, la Unión Europea y la Organización de los Estados Americanos, aunque veedores internacionales no encontraron discordancia o pruebas para demostrarlo.
El ministerio de relaciones exteriores expresó que a pesar de que norteamérica mantiene «al menos siete bases militares en Colombia y ha despilfarrado miles de millones de dólares en la supuesta lucha contra el narcotráfico, las plantaciones y la producción de drogas ilícitas en el territorio colombiano han aumentado dramáticamente en los últimos años».
Maduro ha acusado a Colombia y Brasil de colaborar con Washington para derrocarlo y asesinarlo, y de crear una cortina de humo sobre problemas mayores que ocurren en la región, aunque ambos países vecinos de América del Sur rechazaron cualquier sugerencia de una intervención militar.
Venezuela se encuentra en medio de una recesión de cuatro años y una crisis económica, para la cual el fondo monetario internacional predice que la inflación alcanzará un asombroso 10 millones por ciento este año, que ha provocado un éxodo masivo de migrantes.
Según las Naciones Unidas, 2,3 millones de venezolanos han huido desde 2015, ya que los que siguen sufriendo una escasez de necesidades básicas como alimentos y medicamentos, así como servicios públicos deficientes, como agua, electricidad y transporte.
Solo Colombia ha acogido a un millón de venezolanos que huían de la pobreza, por su parte el gobierno socialista de Nicolás Maduro ha acusado a las medidas sancionatorias del gobierno estadounidense aplicadas por Barack Obama y mantenidas por Donald Trump, de someter a Venezuela a un bloqueo comercial internacional.
Las políticas intervencionistas norteamericanas, han sido aplicadas de igual manera contra Nicaragua, Irán, Corea del Norte y Cuba en los últimos 5 años, con iguales resultados en todos los casos, pero son en Venezuela donde han creado una situación tan nefasta.